UNA NOVELA INCONCLUSA

por María Luz Crevoisier
Lima, Perú.- Siempre supe que existían sinfonías inconclusas como la de Franz Schubert, pero es la primera vez que me topo con una novela a medio terminar.
Se trata de Nurerdin-Kan escrita por el periodista y dramaturgo trujillano, Trinidad Manuel Pérez quien vino al mundo en 1832 para trajinar entre notas y letras y como periodista, testimoniar sobre una etapa de nuestra historia de manera clara y cuestionadora.
Esta novela que fue editándose de manera de folletín y de forma anónima en el semanario El Correo del Perú en el año de 1871, fecha cercana a aquél 1879 en que estallaría una de las guerras más cruentas de nuestra historia, la del Pacífico.
La edición de esta novela sirvió para poner en bandeja la complejidad del sistema social y económico de aquellos tiempos, porque Nurerdin-Kan retrató la constitución multi-étnica de la Lima decimonónica y puso en evidencia la descomposición social del sistema de Hacienda.
El editor e investigador Jhonny Zevallos, apuntó con acierto al recopilar los folletines de la novela en cuestión, ignorada por los críticos y menospreciada por los mismos historiadores que no avalaron el gran aporte que Trinidad realizó pues fue el primero y quizá el único que trató sobre la llegada de los chinos a tierras peruanas, a partir de 1849 hasta1,874, para reemplazar la mano de obra de los esclavos africanos que fueron independizados por el Presidente Ramón Castilla por Decreto dado el 3 de diciembre de 1854.

Fueron demasiadas haciendas y guano por recoger, para que los empresarios se quedaran quietos. Para suplir a esos faltantes, construyeron una trama que terminó en desembocar en un sistema de contrataciones que dio pie al tráfico de inmigrantes asiáticos. Los chinos que llegaron a Perú, procedían de la región de Cantón siendo campesinos muy pobres.
Los bergantines y fragatas, partían del puerto de Macao y navegaban hacia el puerto del Callao llevando a cientos de culíes en las peores condiciones y muchos terminaban enfermos muriendo por la falta de una alimentación adecuada y el maltrato que recibían. Este tráfico inhumano, contó con el apoyo y anuencia de comerciantes portugueses, pues el puerto de Macao era colonia del Portugal. Muchos chinos se rebelaron y armaron motines, pero la fuerza y el poder, la tenían los consignatarios y los rebeldes terminaron muertos o recibían castigos muy fuertes.
Cuando finalmente llegaban al Callao, despertaban el interés de los hacendados, quienes previamente habían hecho su pedido, muchas veces se procedía con una subasta y vestían a los chinos con su mejor indumentaria y se les entregaba una frazada, un cajoncito y una olla.
Como eran muchos los terratenientes interesados en adquirir a los culíes , el 17 de noviembre de 1849, se promulgó la ley de inmigración china, gracias al empeño del hacendado iqueño Domingo Elias. El 15 de octubre de 1849 arribó la primera flota de chinos. Para completar este panorama, se premiaba a los consignatarios que traían un mayor número de estos trabajadores.
Fue así que se retornó al movimiento comercial, pues las haciendas azucareras principalmente, se beneficiaron con esta mano de obra barata. Mientras que los chinos debían soportar el maltrato de los hacendados, de los ex esclavos afrodescendientes e incluso de ex culies y también de los capaces. Esta importación de chinos, se realizó en el período de 1849 hasta 1874.
LA OBRA DE TRINIDAD MANUEL PEREZ
El periodista, llegó a Lima en 1851 (había nacido en Trujillo en1832) y junto con su hermano Isidro Mariano, fundó el semanario El Correo del Perú, que se engalanó con las mejores producciones escritas por periodistas y literatos de aquella época, además contó con un selecto grupo de dibujantes y artistas gráficos. Fue este uno de los medios que daba cuenta de las famosas Veladas Literarias organizadas por la escritora cusqueña Clorinda Matto de Turner y la argentina Juana Manuela Gorriti.
Pero Trinidad Manuel, no se quedó solo en la novela pues incursionó también en el teatro y entre sus obras se encuentran La Industria y el Poder, en donde aboga por la clase trabajadora, en El emigrado español, se repite con insistencia esta premisa, además fue un adelantado al promover la educación para las mujeres.
La novela Nurerdin-Kan, fue editada de manera anónima a partir del 27 de enero de 1872 y concluyó de manera abrupta el sábado 27 de julio de ese mismo año, cuando se encontraba en el capítulo XXI.
Trinidad se vio obligado a dejar sin continuidad esta novela, que fue el mejor testimonio de la llegada de los culíes al Perú, y en qué condiciones vivían, desnudando así una realidad que nadie quería ver, pero al verse presionado por los hacendados, dejó trunca la novela.
El argumento es sencillo pero la denuncia es fuerte. Nurerdin-Kan , es un príncipe indú que decide dejar el oropel de su palacio, para alejarse de todo lo que le recordaba la muerte de su amada Ofelia. Se incorpora a la tripulación del barco Doria y comparte el maltrato a los culíes para finalmente ser llevado a la hacienda algodonera Las Palmas que pertenecía al rico español Remigio Trueba.

En el desarrollo de los capítulos, se presenta la historia de Trueba, quien con malas artes se apoderó de Las Palmas hasta convertirse en uno de los más prósperos hacendados de la costa.
Desde la llegada de los culíes al Callao, daban lástima pues “el espectáculo de esos hombres que marchaban conduciendo enormes atados, cajones y objetos, hacía reír a la frívola multitud y si alguno se conmovía viendo esos rostros macilentos y cuerpos enjutos, era solo de pasada”.
Esta obra casi completamente desconocida incorpora nuevos elementos a la narrativa, como son mujeres lectoras, así Rosa ,la hija de Trueba, bandoleros, culíes, artesanos, demostrando la solidaridad empática de Trujillo hacia los menos favorecidos por la fortuna.
En medio de ese mundo complejo resalta la figura de Nurerdin-Kan que bien podría ser el alter ego de Trinidad, quien no deja de enfrentarse a los intereses mezquinos de Trueba en su afán de proteger a los culíes. La llegada de este a la hacienda Las Palmas y su encuentro con Rosa, prometían una historia de amor que no se pudo armar pues el periodista debió cortar las ediciones siguientes.
Después de clausurar el semanario, Trinidad decidió refugiarse en una hacienda en Chota, abandonando Lima en 1878. Sin embargo, allí solo le esperaba la muerte, pues un grupo armado de bandoleros, lo asesinó para robarle. Quienes sabían de las rencillas del periodista con los hacendados, especularon que fueron ellos los autores del crimen, vengando así los testimonios que mostraban la otra cara de la moneda de la llegada de los culíes a nuestra tierra.
Después de cumplir los 8 años de un contrato leonino, muchos culíes lograron independizarse y se fueron agrupando en un sector de los Barrios Altos, que hoy conocemos como CAPON en donde se forjó una culinaria mestiza, pues se mezclaron ingredientes chinos con los nativos, hasta crear lo que hoy conocemos como la cocina asiática que ha dado tantos triunfos internacionales al Perú.
Al margen de este hecho, NURERDIN-KAN ,será siempre el mejor referente para conocer una etapa clave del inicio de nuestra Historia Republicana.
































