por AAA

La fotografía nace como una gran revelación al capturar una imagen viva que quedará perpetuada de manera atemporal. En principio fue en blanco y negro, forzosamente por los alcances técnicos de época. Lo mismo sucederá con los primeros productos fílmicos. Con la expansión al color, la exposición en ambos formatos cobra un viraje radical. No obstante, esto no impedirá el ejercicio continuo de improntas en blanco y negro, así como de filmes que continuarán su posibilidad expresiva.

Eduardo Williams o Teddy Williams (como firmara en su obra) exploró las posibilidades dramáticas del blanco y negro con un ojo certero hacia el retrato humano y atento de los contextos sociales. Su aplicación con la lente tiene la distinción documental de quien desea evidenciar un momento determinado, con una carga de significados que van desde lo emotivo hasta condiciones donde la vida se nos presenta con diversidad de contrastes.

Distintivo de una mirada inquisitiva, en cada imagen en blanco y negro plasma historias de vida, con todas sus virtudes y divergencias. En la exposición reciente de su trabajo, titulada Memorias, en un espacio alterno de la Colonia Roma, la curaduría saca jugo al trazo, más que convincente, de quien poseyera un olfato capaz de descifrar senderos sobre la tierra, así como el desplazamiento de la nube hacia el firmamento.

Oriundo de Zamora, Michoacán, se sirvió de la cámara como su pasaporte cabal para indagar en el México profundo. La suma de sus piezas consolida un perfil antropológico. Este temperamento le viene por vena paterna.

En las piezas tituladas Ritualitos y Entrañable barro, se nos expone movimiento y labor, conjuro de reflexión solo a partir de las manos, mientras que en Pensando con los pies, las extremidades yacentes hablan de la integridad y satisfacción de quien cumplió con su jornada y reposa a plenitud.

Con la cabeza cubierta e inclinada, una mujer anónima y ya madura regala profunda reflexión en Tejiendo el pasado; mientras que un hombre en plena edad laboral se abre paso en medio de un par de caballos, a los que da rienda en una composición equilibrada que transpira puro brío, Partir y compartir. Un joven con el rostro aún imberbe, Interpelación Pacífica, posa con una mirada serena hacia la cámara; sus ojos transmiten tranquilidad, lozanía de espíritu, armonía con el universo, mientras que su indumentaria da registro de la baja temperatura en la que se logró el retrato.

Todo este bloque de fotografías, contrastan con piezas urbanas en las que el movimiento es convulsivo y represivo, así lo data Costumbres adquiridas, una impronta en altísimo contraste sobre la acción de elementos uniformados contra un civil. En esta pieza en particular, el tratamiento monocromático acentúa la violencia del episodio perpetrado.

De acuerdo con el boletín de prensa emitido para Miradas, «entre sus proyectos más destacados se encuentra VIH Diálogos en Positivo, una exposición fotográfica de rostros visibles y ocultos que buscó generar reflexión sobre la discriminación hacia las comunidades que viven con el diagnóstico de VIH, en México. Este proyecto, realizado en conjunto con Fernanda Sanginés, alcanzó una importante visibilidad al presentarse en la Cámara de Diputados, en COPRED y Galería Ente, además de contar con un amplio tour de medios y exposiciones en diversos espacios culturales. Más que imágenes, fue una campaña de empatía y conciencia que dejó huella en la conversación pública».

De manera muy personal, quisiera añadir que tuve la oportunidad de conocer a Teddy Williams, cuando él cursaba la Licenciatura en Comunicación en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Del común del alumnado, destacaba por su voluntad inquisitiva y poco apegada a la institución. Ambos estuvimos como aves de paso en esta institución, Teddy decidió seguir un vuelo en el que solía convivir con personas en situación de calle y anidar en nichos inverosímiles.

El destino quisó atraparlo en un paraje de Oaxaca, justo en plena labor como fotógrafo profesional. Larga vida al trabajo de quien se preocupara y ocupara por evidenciar la dignidad humana.