LA MOVIDA DE LA NUEVA OLA

Fotos: Cortesía

por María Luz CrevoisierDesde Lima, PERÚ

“Tú eres como el sol de la mañana/ y aunque yo no te lo diga/ y aunque yo no te lo diga…”, cantaban a dúo el argentino Palito Ortega y la españolísima Josefa Flores Gonzáles, conocida en el ambiente artístico como Marisol, quien lucía una graciosa mini falda, escapada seguramente de la censura franquista.

Eran los años 60 y el mundo se conmovía y sacudía con nuevos sucesos como el lanzamiento al espacio realizado años antes por Rusia del Sputnik, primer satélite artificial (1957) que inicio la era espacial y entre otros hechos de primera magnitud, se dio la guerra de Vietnam que tuvo por respuesta la congregación hippie bautizada como Woodstock en 1969, en la gran ciudad de Nueva York. Fue una manifestación multitudinaria y contracultural que reclamaba paz y proclamaba el amor libre y el uso de las drogas, en medio de interminables interpretaciones de rock.

En el Perú por aquella década, vivíamos entre golpes de Estado y gobiernos que mantenían más o menos una relativa paz ciudadana. Hubo un reformismo moderado durante el segundo gobierno de Manuel Prado Ugarteche (1956/62) y el primer mandato del arquitecto Fernando Belaúnde Terry (1963/68).

En aquella etapa, con rezagos del rock (estilo de música que venía desde los 50) y una tendencia hacia la cultura Pop, surgió el movimiento de la NUEVA OLA, como un torbellino que se inició en los 60 y tuvo una duración hasta los 80, cuando nuevamente el rock, pero esta vez en castellano se posesionó del ambiente juvenil con Soda Stereo, Maná, los Hombres G, Vilma Palma, Charly García, Tacuba, Los Prisioneros, Caifanes, el gran Santana, uno de los más grandes intérpretes del rock a nivel latino y otros.

Y LA NUEVA OLA LLEGO

Entre los recordados programas musicales en Lima, tenemos Idolos de la Nueva Ola, Hola Juventud, en Radio Victoria y en la televisión, el Show de Sergio en Canal 2 y Cancionísima en Canal 13 con Pablo de Madelangoitia. En estos programas debutaron jovencísimos intérpretes como César Altamirano, Paco Daglio, Pepe Cipolla, Jorge Conty, Gustavo Git Moreno, que eternizó su romántica” Norma Mía”, Jimmy Santy, y su “Contigo en la playa”, Los Belkings, Regina Alcóver, Quela Gates, ellas en minifalda, prenda ícono de aquella etapa creada por la británica Mary Quant. Fue precisamente gracias a la minifalda que el mexicano Enrique Guzmán popularizó su famosa Popotitos, pues no todas las chicas tenían piernas esculturales.

Entre los sucesos novedosos estuvo el mano a mano que se dio por los 70 en el Coliseo de Acho en el Rímac, entre Los Iracundos y Los Angeles Negros, ambos de Chile, en un ambiente compartido y amical.
Nombres de colección fueron entre nacionales y extranjeros, Los Shains, Los Silverstons, Los Dolton, Los Belkins, Billy Cafaro, Leo Dan, Sergio Murillo, Palito Ortega, los Teen Toops, Rocío Durcal, César Costa, Los Camisas Negras y tantos más.

Y en provincias, ¿cómo andábamos?

Cusco, la antigua ciudad incaica, no fue ajena a esta movida y acogió con alegría ritmos como el twist, ritmo frenético consagrado por Pepe Cipolla. En las fiestas era frecuente ver a las chicas luciendo sus peinados bombé o gato, haciendo competencias y demostrando sus habilidades para ese nuevo ritmo.
Surgieron programas y disk joker que difundieron aquellas interpretaciones primero en la radio y después a través de programas televisivos y en vivo.

La gran sorpresa nos la dio un limeño enamorado de la Ciudad Puma, Francisco León Carrasco (Lima, 1975) quién ha recogido las manifestaciones de aquella etapa en su libro CUSCO-UNA ARQUEOLOGIA DEL ROCK (2023) dando a conocer como ninguno la trayectoria y repercusiones de la Nueva Ola en Cusco, tal como lo hiciera anteriormente en Huancayo, además de realizar un recorrido histórico de lo que fue el Cusco desde tiempos milenarios.
Pero no es el único título que tiene, puesto que son más de treinta títulos que sacó a luz. Francisco León, además de ser escritor es poeta, músico, editor e historiador. Entre los últimos títulos de su creación están la mencionada Cusco. Una arqueología del Rock (2023) una obra de 550 páginas, además El Alma de los Muertos (2025) de 700 páginas y Revegne, la venganza de los muertos (2025).

Con dos de sus últimas obras, el autor forma parte de la nueva generación de escritores como Omar Aramayo (Los Túpac Amaru 1572/1827) y Jeremías Gamboa (El principio del Mundo) que han vuelto al estilo de la novela monumental no haciéndose eco de aquella tendencia de escribir obras breves por el consabido concepto de que nadie lee en esta época.

Para conocer un poco sobre sus inquietudes, propósitos y motivaciones, conversamos con este inquieto limeño de alma andina y estas fueron sus respuestas:

1.-Siempre me llamó la atención que tú siendo limeño, tengas una inclinación hacia lo andino, cuando existe un fuerte racismo de parte de muchos de tus paisanos. ¿Esto se debe a algún ancestro de familia?

Mi amor hacia el mundo andino, su cosmovisión, se debe a los años en que viví en el Qosqo, la capital no solo cultural sino espiritual del Perú. En la sagrada ciudad de piedra logré reconectar, en ese sentido de religare, con mi verdadera alma peruana. Ello fue gracias al conocimiento del picchado ceremonial de la hoja de coca. La experiencia mística con la hoja de coca es algo que recomiendo a todo peruano que desee encontrar su esencia. Por el lado familiar, al contrario, desciendo por todos lados de viejas familias hacendadas de Piura.

2.-Yendo concretamente a la música, veo que te interesaste por los fenómenos del rock y de la Nueva Ola que van paralelos, pero tú lo hiciste cuando aparecieron en Huancayo y Cusco. ¿Fueron importantes esos períodos? ¿Qué de novedosos eran en relación a lo que se presentó en Lima? ¿Entiendo que también Arequipa aportó lo suyo de manera dinámica, por qué no la consideraste?

El amor por la música me viene de mi madre. Es así que tengo estudios musicales de canto, composición y guitarra. Además, soy melómano. En ese sentido, se me hace natural escribir sobre lo que amo. El rock y la nueva ola fueron fenómenos que el Perú adquirieron las características del país que los procesó. Entonces, estaban muy relacionados, mezclados, a pesar de tener diferentes periodos de auge. Huancayo y Cusco, que son los territorios que he investigado, además de mi barrio de Salamanca de Monterrico, presentaron aportes novedosos a nivel sónico. Centrándome en las dos ciudades mencionadas, en Huancayo hubo una fuerte presencia de bandas, solo por mencionar a los Datsuns, que alcanzaron renombre nacional o La V Rebelión, y otras de sonoridades complejas como los Gatos Negros, más que una cantidad de grandes solistas, a diferencia de lo sucedido en Cusco, donde las bellas voces prevalecieron sobre lo hecho por las bandas, puedo mencionar por ejemplo a Lucho Lastarria. Otro aporte, en el caso de Cusco, fue la utilización de elementos de la cultura popular relacionada con lo andino, como el fox-incaico, por parte de los Spectros en temas de fusión bastante adelantos a su tiempo, tal es el caso de “Ollantay” o “Cuando el indio llora”. Además, tenemos al grupo El Trébol, el primero en grabar temas en quechua, como “El viento pregunta por ti” y “El cóndor pasa”. Arequipa tiene bandas como los Texao, entre otras, pero no se me ha dado la oportunidad de estudiarla, aún.

3.-¿Qué de novedoso fue este período en Perú?

A nivel musical el Perú tuvo una época de oro en lo que se refiere a las décadas del 60 y 70, con muy buenas bandas y cantantes. Lo que nos faltó para consolidarnos fue un mercado interno sólido, encargado de promocionar y exportar el material que producción. Debemos recordar que somos un país sin industria, a pesar de que existían muchas compañías disqueras. Sin embargo, las condiciones del ingreso del capital extranjero, estadunidense, sobre todo, en la década del 50 durante el gobierno de Manuel A. Odría, lo que consiguieron fue que la incipiente industria nacional se detuviera. Así, se entró en una situación descendente de la que nunca nos recuperamos.

4.-Cómo influyeron la nueva ola (y agreguemos también el rock) de otros países como México, Chile y Argentina, hablando solo de América Latina, pero también de Italia y España en donde se vivió un momento trascendental?

Nosotros somos un país de capitalismo dependiente. Entonces, es lógico que los fenómenos culturales de masas creados en los Estados Unidos y Europa, nos lleguen de rebote. El rock, el primer rock and roll, nos llegó vía México, a través de la “traducción” que bandas mexicanas como los Ten Tops hicieron de los hits norteamericanos. Chile y argentina también se nutrieron de México, que a su vez lo hacía de Estados Unidos, por ser frontera, y lo que se producía en Italia, España y Francia. En el caso de las ciudades de Perú que he estudiado, la radio jugó un papel trascendental. Las ondas redujeron las distancias y lograron establecer una comunicación directa entre los jóvenes andinos y sus maestros norteamericanos e ingleses. Otro medio que cumplió igual labor fue el cine.

5.-¿Qué aportó el Perú a los demás países?

El “aporte”, la importancia, del rock y la nueva ola peruanos de los años 60 y 70 fue considerado a posteriori, gracias a la llegada del Internet y la fluidez instantánea de la trasmisión de datos. Para ser sinceros, ni siquiera los músicos de la movida Subte de los años 80, punk, etc., tenían conocimiento del “aporte” de las bandas peruanas predecesoras. Es que existía un total desconocimiento y falta de interés en realizar una arqueología de nuestro pasado musical, que por suerte ahora está cambiando. En ese sentido, me alegra que mi libro Wanka Rock, primera historia del rock en Huancayo 1962-1979 de 2017, haya sido el PRIMERO en investigar de modo académico lo sucedido a nivel musical en una ciudad andina del Perú. Aunque debo mencionar que mi libro Salamanca Sixties, un estudio sobre el rock en la clase media de Lima, es dos años anterior. Para finalizar y para todos los amigos que deseen indagar el aporte del rock cusqueño al mundo, pueden adquirir mi libro Cusco a fines de los 60´s, una arqueología del rock y sus circundantes. Obra que desentraña mitos hasta ahora inexplorados, como la visita de los Rolling Stones a la ciudad imperial, con fotos incluidas o el impacto del hippismo, entre otros. Dicha obra me llevó a salir en la revista Forbes, una de las más importantes del mundo, por lo que le estoy muy agradecido.


Enlace de Forbes: https://forbes.pe/forbes-life/2023-12-01/libro-que-explora-la-genesis-del-rock-cusqueño

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