CUANDO ELLAS HABLAN

por María Luz Crevoisier

Lima, Perú.- Se dice, que cuando canta un zorzal, el cielo se ilumina con luces multicolores, pero si es una mujer la que habla, el mundo se pone de pie para escucharla. Porque si muchas lograron superar el silencio que el establishment les impuso en Europa por siglos, otras continúan guardándose las palabras un poco por miedo a la censura o simplemente porque no pueden hacerlo. No comento sobre las mujeres de otras latitudes, de pueblos alejados como Afganistán, Irán, Arabia Saudita, Pakistán, de Africa y otros en donde enfrentan una feroz discriminación en diversos aspectos de la vida y seguramente miles mutilan el germen de la creación, dentro del cautiverio en el que viven.

Cuando América fue colonizada, los conquistadores trajeron e impusieron a las del otro género, el mismo sistema represivo que en sus países, sin embargo, pese a esta censura dos mujeres rompieron sus cadenas e impusieron sus voces. Una de ellas fue Sor Juana Inés de la Cruz, quien en Nueva España (México), asombró a su mundo con los versos controversiales que escribía y en el antiguo reino del Pirú, al sur del continente, existió una poeta llamada con el misterioso nombre de Amarilis, quien no dudó en enviarle una carta poética a Lope de Vega. Y seguramente debió haber otras más, cuyos versos se quemaron o se quedaron en los baúles de sus tiempos.


EN EL SIGLO XXI

Parece extraño que en pleno tercer milenio, cuando las mujeres consiguieron logros importantes como el voto y llegaron a ser mandatarias, aún mantengan una apatía que contrasta con estos avances. Me refiero específicamente a su creación tanto literaria como poética y pictórica. Felizmente existen varias que sí trabajan a campo abierto y se hacen notar, tales como lo hizo Elena Garro y lo continúan haciendo, Gioconda Belli, Elena Poniatowska, Margot Glass, Isabel Allende, Rosina Valcárcel, Irma del Aguila, Liliana Colanzi, para nombrar algunas de las que incursionaron en las letras por diferentes países latinoamericanos.

Sin duda, los concursos sirven como un gran impulso para descubrir y lanzar a nuevos nombres. Esto lo entendieron muy bien, por ejemplo, las escritoras del norte peruano, agrupadas como ADEN (Asociación de Escritoras Norteñas) con sede en Cajamarca y hoy es presidida por la poeta y narradora cajamarquina Isabel Barrantes Zurita. En otra época, el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, organizaba concursos literarios bautizados con el nombre de la poeta, narradora y activista social Magda Portal. Esta increíble experiencia se inició en 1989 y por varios años, logró dar a conocer nuevas letras.

La primera responsable de estos concursos fue la narradora y también poeta limeña, Mariela Sala, posteriormente se hizo cargo la periodista, escritora, poeta y activista, Gaby Cevasco de quien me ocuparé en esta reseña. Recojo algo de su copioso Currículum y apunto. Nacida en Ica en 1952, escogió la carrera del Periodismo habiendo colaborado con diversos medios del extranjero, habiendo sido responsable de múltiples ediciones como la revista feminista VIVA. También es correctora de estilo y ha escrito libretos para historietas y radiales. Actualmente es Sub directora de Flora Tristán.

Gaby Cecilia Cevasco Farfán, es el nombre completo de esta exquisita narradora, quien hace transitar a sus personajes, mujeres y varones, por aquellas tierras en donde un día se asentaron los hombres de la cultura Nazca, una tierra casi desértica cubierta por esos leñosos huarangos que fueron eternizados por la paleta del artista plástico Dante Guevara, esos arenales en donde se juntan las dunas y una que otra vez se escucha el canto de un mochuelo o se ven higueras o aparece un oasis llamado Huacachina.

Gabriela escribe con el lenguaje mestizo de aquellos pobladores, contagiados de su paisaje, un lenguaje distinto al que utilizaba Gregorio (Goyo) Martínez, el escritor de las historias de lugareños afrodescendientes. En las narraciones de Gaby, casi siempre aparecen mujeres y hombres, solo con una chispa de esperanza o una resignación a su propio destino, a veces de manera trágica. Los títulos de sus libros son los cuentos: Sombras y Rumores (1990), Detrás de los postigos (2000), Entre el Cielo y la Tierra, el fuego (2014) y el libro de poesía, El Nuevo Testamento (2010). Para conocer algunos aspectos de su labor periodista y literaria, conversamos con Gaby Cecilia.

1.-En tu larga experiencia como editora de las letras femeninas, cuál fue tu experiencia más saltante? Ellas colaboraron o se retrajeron?

En primer lugar, gracias por la conversación. Editar un libro es un trabajo muy interesante, no solo por el trabajo en sí, sino por la relación con el autor o autora, que se muestra muy contento, al mismo tiempo algo preocupado para que salga perfecto. Solo en un caso la autora se arrepintió cuando ya el manuscrito estaba en edición. Y nunca lo llegó a publicar. Bueno, fue su decisión.

2.-No crees que son importantes concursos como el que realizaba Flora Tristán, pues con ellos visualizaron a escritoras que nunca pensaron editar. Sin embargo, no se ha vuelto a repetir una experiencia de ese género en Lima, aunque sí lo encontré en provincias. ¿Por qué se suprimió esta experiencia literaria?

El Centro Flora Tristán fue muy oportuno en organizar el Concurso de Cuentos Magda Portal, además publicó a otras autoras, antologías de cuentos y poesía y fomentó espacios para la reflexión literaria. Todo ello representó un aporte importante. Hoy, los tiempos han cambiado con la tecnología que permite acceder a concursos de otros países.

3.-Leí varias narraciones escritas por mujeres y en casi todas descubrí desarraigo, soledad y sufrimiento existencial. Es como si las mujeres siguieran presas en un mundo que las hiere o arrincona. ¿No se puede hablar desde otro ángulo?

¿Por qué siempre esa derrota?

No creo que escribir desde el desarraigo y sufrimiento existencial sea expresión de una derrota, la desigualdad, la discriminación y la violencia, solo expresan lo que aún viven muchas mujeres en el Perú y el mundo. Es algo que hay que seguir denunciando, y la literatura es un medio fundamental.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.