Notas de una vida a ritmo de jazz

Fotos de Roberto Bolado
por Alejandro Alonso
Quienes conocen en persona al cineasta y artista Roberto Bolado, Ciudad de México, 1970, saben de su espíritu apasionado por la literatura, el cine y la música; también de su entrega incondicional hacia los valores que le dan sentido a su existencia, humanistas, políticos o religiosos; igual de su atinado sentido del humor que desata la risa en el momento más inesperado. Valga este breve retrato para introducir un par de facetas que ha logrado explotar en el terreno de la creación: la música y el cine.
Melómano sin cortapisas, una larga plática a su lado siempre va acompañada de referencias sobre grabaciones inéditas, músicos que dejaron una huella indeleble en el espectro sonoro, pero que son, prácticamente, desconocidos. Adenda apetitosa es lo referente a directores, películas de culto y experimentos visuales. Todo amenizado con un buen mezcal.

En cuanto al universo sonoro, la abeja que inocula esta elevada proteína espiritual en sus venas, viene de su padre, Jorge Bolado Méndez (1936-1985), por la vía de los elepés que se acumulaban en el hogar. En este acervo casero, asomaban los acetatos de jazz.
«Mi padre, quien fallece antes del temblor de 1985, un 15 de agosto, tenía discos de jazz. Gracias a él tuve mi primer contacto con este gran género. Vivíamos en la colonia Reforma Iztaccíhuatl. En aquel entonces, hablo de mi niñez, me llamó la atención un disco de Louis Armstrong, cuya manera de tocar la trompeta y cantar, me llegó muy internamente. Lo recuerdo como una experiencia inolvidable, pues era algo que no entendía, pero lo sentía a plenitud. Ese contacto inmediato, a veces, es mejor en las cuestiones relacionadas con el arte».
El tiempo transcurrió y Roberto Bolado encausará una de sus pasiones, el cine, al matricularse y egresar del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. Esto último en el año de 1995. El asunto es que su inclinación innata con la música y la literatura, ya no lo dejaría ni en sus noches de insomnio.
«Desde los siete años empecé a tomarle gusto a los libros de Emilio Salgari y Julio Verne; también jugaba mucho futbol en la calle. Era de los que no se perdían las series de televisión abierta como Ultramán, Batman y Robin, entre muchas otras».
Aplicado en el ejercicio cinematográfico, Roberto Bolado sumará experiencia y producciones en su haber. Los reconocimientos le llegan de manera más que merecida. Como director, productor y guionista independiente, ha participado en festivales en México y el extranjero, ganando menciones honoríficas por sus trabajos Luz en reposo, México 2002, Taller Ditoria, México 2005, e Hilario, músico extraviado, México 2009. También es director del largometraje documental Historias desde la oscuridad, México 2015.
Hoy día posee diversos galardones en su haber, como el Premio Nacional de Periodismo 2009 en la categoría de Divulgación Científica y Cultural, es Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, periodo 2012-2014, y cuenta con varias Diosas de Plata.
La cuestión es que tenía una cuota pendiente consigo mismo: trasladar su pasión por la música, en particular por el jazz, a un plano cinematográfico. Este vacío da paso a la gestación de la primer historia del jazz en México, como nunca antes se había narrado, titulada Notas de una vida, México 2023, misma que se estrenó, recientemente y con éxito, en la Cineteca Nacional.
El proyecto fílmico de corte documental, según su testimonio, incluye una larga historia en sí mismo, y parte de ese afán obsesivo por investigar y ahondar en el género.
«Quería conocer más de la historia del jazz en México, y buscaba documentales que me contarán, de manera visual, la historia tan rica que ya había leído en el libro del Jazz en México de Alain Derbez. Entonces me di cuenta que no existía una película que lo narrará. Ahí empieza todo».

El filme es el resultado de una larga travesía, tanto en tiempo como en espacio. A través del testimonio de las personalidades involucradas en el mundo del jazz, Notas de una vida propone exponer la historia de lo ocurrido y lo que ocurre con este género musical en México. En principio, la pieza, cuya duración es de una hora 38 minutos, aplica un recuento desde los albores de la música sincopada, de las propuestas pioneras de los músicos del norte, centro y sur de la república, hasta las incursiones novedosas de los jazzistas contemporáneos.
“Se suman factores que uno no prevé, como la falta de apoyos de las instituciones gubernamentales, sobre todo. Se traduce en que este tema no era de su interés, y es absurdo cuando se trata de un género con mucha historia, vital para la cultura de nuestro país”.
Roberto Bolado
Lo que se escapó del plan de producción de Roberto Bolado, es que trascurrirían dieciocho años de trabajo constante para documentar la longeva vida de una centuria. Los avatares del destino fueron moldeando su idea inicial.
«Así es el negocio del documental, muchas veces, al ir buscando y encontrando, se van modificando las historias y los planes; por lo general, positivamente».
El periodo cercano a las dos décadas no es fortuito.
«Se suman factores que uno no prevé, como la falta de apoyos de las instituciones gubernamentales, sobre todo. Se traduce en que este tema no era de su interés, y es absurdo cuando se trata de un género con mucha historia, vital para la cultura de nuestro país».
Ante la ausencia de una firma decidida para respaldar el proyecto, se incorporó una larga lista de amigos y personajes comprometidos con el jazz mexicano.
«Al final intervinieron bastantes amigos, pero los más constantes fueron César Sandoval y Gustavo Patiño».

La travesía sonora continuó.
«La producción fue todo un viaje. Increíble. En el jazz hay una evolución constante, nuevas generaciones de grandes músicos que salen constantemente».
El perfil del largometraje documental es testimonial, con un tratamiento introspectivo e intimista (sello que ya distingue a la obra de este cineasta y que podemos comprobar en su ya mencionado cortometraje Luz en reposo). De voz de cada protagonista, participamos de los logros, esfuerzos, frustraciones, alegrías y vivencias, del día a día de los héroes del jazz mexicano (músicos, especialistas, periodistas, aficionados y promotores, entre otros), quienes nos reciben tanto en sus casas como en sus estudios de trabajo.
«La verdad quería que fuera algo más íntimo, estar cerca de nuestros grandes músicos y que el espectador así lo sintiera y viviera; por eso existe un acercamiento de la cámara hacia los rostros».
Desde que comienza, el filme aplica una sucesión de imágenes de stock o archivo, lo que implica una labor de rigor.
«Siempre es una parte compleja ese tema, pero, también, gracias a los mismos músicos, logré obtener material muy valioso y, bueno, luego investigar y rastrear. No hay de otra».

El producto cuenta con el sello cabal de una producción independiente.
«Es de gran validez tener esa energía y tenacidad para llevar a cabo los proyectos y poder finalizarlos; un proceso desgastante, pero al final vale la pena».
Por suerte, tuve la fortuna de empezar joven y contar con la energía para hacerlo, pese a las dificultades y adversidades en el camino. En fin, es desgastante ser independiente en cualquier lugar del mundo.”
De acuerdo con Roberto Bolado, el largometraje documental Notas de una vida propone varios objetivos: rescatar y dar testimonio de un género que ha logrado trascender en nuestro país, por espacio de varias décadas; valorar al jazz mexicano como un género vivo, que se nutre de una invaluable tradición y que apuesta por propuestas novedosas; situar al jazz mexicano en su justa dimensión en el ámbito mundial de la música; difundir a los artistas de todas las edades, así como de un patrimonio musical.
Durante sus dieciocho años de producción, Notas de una vida cuenta con todo tipo de anécdotas detrás de cámara. Claro, también están presentes los tropiezos.
«Con Roberto Aymes, luego de grabar su concierto en un auditorio de Satélite, se me olvidó que me tenía que firmar la hoja de autorización para el uso de su imagen y música. Después lo busqué para que lo hiciera, con el fin de que yo pudiera utilizar su entrevista sin ningún problema. Entonces me advierte: «sí, con mucho gusto, pero necesito que me entregues ya todo editado». Cuando fui a grabarlo, me di cuenta que él vendía todos sus conciertos y programas, aunque no tenía los derechos para hacerlo. Es decir, aplicaba comercio en todas las cosas donde aparecía, sin permiso para lucrar con ese material. Entonces le propuse: «mira, te puedo proporcionar el material, pero editado no, pues tengo mucho trabajo encima. Me es imposible, mejor que alguien te lo edite». Además de la anécdota, quiero detallar que yo no grabo conciertos íntegros, es decir, no utilizo todas las canciones; para mí es muy difícil traer una unidad móvil que me permita el registro perfecto de todas las piezas».
«Lo mismo me sucedió con Roberto Arvalo, «el Betuco», quien era dueño del local Papabeto; fui a grabar a su grupo Wet Paint, donde él toca la guitarra. Lo entrevisté y tranquilo, pero también me la aplicó con la misma tirada, un día me dice: «Oye necesito que me des todo el concierto ya editado». Mi respuesta fue la misma, pero este amigo se subió de tono: «No no no… si no me lo das editado, no voy a dejar que utilices mi material».
En este detrás de cámara, no falta el humor muy al estilo de Roberto Bolado.

«Cuando estábamos grabando a Enrique Almanza, «el Jeep», contrabajista de la vieja guardia, de los pioneros del jazz, yo estaba haciendo la cámara y Gustavo Patiño el sonido; de pronto y en plena entrevista, se escucha una campanita o una corneta o algo así. Enrique abre los párpados al máximo y exclama: «¡El pulque… el pulque!» y sin decir agua va, sale disparado con todo y micrófono; lo único que pude hacer fue seguirlo con la cámara, pero, obviamente, estaba seteada para el interior; se reventó ya en el exterior. Como sea ajusté tanto el iris como el foco y lo grabé corriendo; por eso le dicen “el Jeep”, porque es como una pirinola. El detalle es que regresa, también corriendo, con su jarra de pulque bien servida. Volvemos a entrar a su casa y nos dice muy feliz: «pues un pulquecito para continuar con la entrevista, ¿no?» Todos felices y contentos aunque esta última toma quedó jodida».
Una anécdota más, refrenda el compromiso de Roberto Bolado y sus aliados con la música de jazz.
«Estábamos entrevistando a Alain Derbez, en Radio Educación; todo corría increíble con un registro que rebasó la hora. Terminamos y le pregunto al sonidista: «¿Qué tal?», entonces el colega se empieza a poner pálido. Después de una pausa mortal, me confiesa: «Creo que no le puse Grabar». Derbez estaba por irse porque tenía una comida, muy próxima. Entonces le insisto: «¿Es neto… no se grabó nada?»; volteo al fotógrafo y le pido que me muestre el material; su audio de referencia se oía muy mal, muy distanciado, desechable. Sin perder tiempo que me lanzo a la puerta de Radio Educación para rogarle a Alain Derbez que me diera media hora más de entrevista. Alain primero se negó; de plano le rogué y le supliqué que lo hiciera por el jazz. Al final accedió, nos regresamos; lo hicimos todo de volada, esta vez me cercioré que el sonidista apretara el botón Grabar».
Estas anécdotas y muchas más integran un jam perfectamente improvisado, al que se acoplan fragmentos de música en vivo, principalmente de material original e inédito. A su vez, la obra da cuenta de un acervo discográfico, hemerográfico, fotográfico, televisivo y cinematográfico de varias décadas. De tal suerte, su exposición resulta un jugoso manjar, tanto para el investigador como para el melómano.
Acerca del título, Roberto Bolado expone.

«A final de cuentas, las notas son musicales; a la vez, pueden ser apuntes. Es un recuento de cien años de historia del jazz en México, cien años de apuntes y notas. Por eso lo bauticé así».
El largometraje documental Notas de una vida cubre con creces y de manera ambiciosa un vacío en nuestra cultura, esto es: la historia, evolución y presencia del jazz y los jazzistas en nuestro país y en el extranjero.
«Los espectadores lo han recibido de manera muy positiva; es algo que valoran bastante, ya que hay mucha información desconocida y que sale a la luz para muchas personas. Eso me reconforta».
Notas de una vida sigue en exhibición en diversos foros. Recomendable para quien sabe apreciar la música con todos los sentidos atentos. Con las sesiones completas de Louis Armstrong y Duke Ellington de fondo, sólo resta añadir un último rol a Notas de una vida. ¡Larga vida al jazz!

Entre los protagonistas que participan, figuran:
Adrián Escamilla, Adrián Oropeza Trío, Agustín Bernal, Alain Derbez, Alberto Zuckerman, Alejandro “El Pinocho”, Aleph Castaneda, Ameneyro (agrupación), Ana Ruiz, Antonio Sánchez, Arturo Cipriano, Arturo Luna (agrupación Ethos), Arturo Romero Ruiz, Atrás del Cosmos (agrupación), Banda Elástica (agrupación), Carlos Macías, Chilo Morán, Chris Lobo, Diego Maroto, Édgar Dorantes, Enrique Toussaint, Enrique Valadez, Ernesto Martínez “Pingüino”, Ernesto Riestra, Fernando Toussaint, Francisco Téllez, Fredy Marichal, Fredy Noriega, Germán Bringas, Gibrán Cervantes, Guillermo González, Héctor Hallal “El Árabe”, Héctor Infanzón, Hilario y Micky, Huazzteco (agrupación), Iraida Noriega, Isabel Tercero, Iván Bar Lavy, Javier Flores, Javier Reséndiz, Jorge Martínez Zapata, José Gurri (agrupación Ethos), Juan Antonio Vázquez, Juan José Calatayud, Juan Ramos, Larry Russell, Leo Acosta, Leo Corona, Lisa Rosell, Los Dorados (agrupación), Lucio Sánchez, Luis Miguel Costero, Luis Ocadis, Magos Herrera, Marcos Miranda, Mario García, Mario Patrón hijo, Miguel Villicaña, Mitote Jazz (agrupación), Olivia Revueltas, Pepe Morán, Pepe Navarro, Petra (agrupación), Rafael Tonathiu, Remy Álvarez, Samuel Martínez, Silvia Kleiff, Sociedad Acústica de Capital Variable (agrupación), Sósimo Hernández, Tino Contreras, Tomás Rodríguez “La Negrita”, Trío de Enrique Nery, Trío Dorantes, Trío Toussaint.
Biografía del autor: Alejandro Alonso Aguirre es un destacado escritor mexicano, egresado de la Universidad del Claustro de Sor Juana , premio nacional de periodismo en diversas emisiones y narrador audiovisual, además es Director de Concordia Mundo, empresa enfocada al diseño de estrategias educativas y de divulgación científica.























