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Prisca Awiti, judoca que representará a México en los Juegos Olímpicos París 2024

Vídeo: OliverVQfilms

por Silvia Campos

Ciudad de México.- Nuevo Diario trae para ti una entrevista exclusiva con Prisca Awiti Alcaraz, seleccionada mexicana en judo categoría -63 kilógramos. La judoca nacida en Londres, Inglaterra, representará a México en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Prisca ha ganado tres medallas representando a México en Juegos Panamericanos, donde consiguió bronce en Santiago 2023, y en Campeonatos Panamericanos de Judo, donde ganó plata en México 2021 y el Calgary 2023.

La atleta mexicana logró su clasificación a París gracias a estar ubicada en la posición número 18 del ránking en la categoría de 63 kilogramos, esto gracias a tener una puntuación de 3,230 unidades, para calificarse a sus segundos Juegos Olímpicos.

El Judo comenzará el próximo 27 de julio, Prisca arrancará su participación el 28 a las 2:00 a.m. tiempo de México.

Ficha Técnica

Nombre: Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz
Fecha de Nacimiento: 20 de febrero de 1996
Edad: 28 años
Lugar de Nacimiento: Londres. Inglaterra

5 datos curiosos sobre el calamar

Foto por Oliver Velázquez Quijano

por Elí Santos

Los calamares son animales marinos del orden de los moluscos que se encuentran distribuidos en todo el mundo. Su nombre deriva del latín cañuela, debido al hueso en forma de ovoide que conserva en su interior.

En Nuevo Diario te presentamos 5 datos curiosos que seguramente no sabías de estos singulares ejemplares.

Son parientes de los pulpos

El calamar es un tipo de molusco cefalópodo, igual que los pulpos. Cefalópodo quiere decir cabeza y pies, porque es casi lo único que son estos animales invertebrados: una cabeza con tentáculos.

Los calamares forman parte de la orden de los téutidos, en la que hay diferentes especies. Todas estas especies, comparten ciertas características básicas: como que tienen 8 tentáculos, pero además dos brazos, que son parecidos a los tentáculos pero más largos.

Existen algunas especies de calamares gigantes, que pueden medir desde 4 hasta 12 metros.

Tienen varios corazones

Un calamar tiene muchos brazos, pero también varios corazones. En realidad tiene un solo corazón principal y dos corazones “auxiliares”.

Estos corazones, que se denominan branquiales son bombas complementarias, que funcionan sobre todo en condiciones anaeróbicas, es decir en las que no hay aire.

Además estos corazones branquiales participan en la producción de hemocianina: la proteína de la sangre que transporta el oxígeno, que es análoga a la hemoglobina humana, pero que contiene cobre, en lugar de hierro.

Son cazadores implacables

Tal vez no pensamos mucho en lo que comen los animales marinos, o pensamos que solo los animales muy grandes son carnívoros, pero en realidad para los hábitos alimenticios no importa el tamaño.

Además, los brazos de los calamares son lo suficientemente fuertes, para atrapar presas grandes.

Tienen un cerebro muy complejo

Un calamar puede ser un animal invertebrado, pero junto con los demás cefalópodos, es uno muy inteligente.

Estos moluscos marinos, tienen los sistemas nerviosos más complejos entre todos los invertebrados del planeta.

Si bien no tiene cráneo, el calamar tiene una cubierta de cartílago que cubre el cerebro, el cual tiene una forma de anillo: en medio del cerebro del calamar atraviesa su esófago.

Han inspirado nuestra imaginación

Un calamar, si bien es un cazador y es muy inteligente, no es un animal peligroso, excepto si es uno muy grande.

Aunque los ataques de calamares gigantes son algo realmente muy raro, su existencia ha cautivado la imaginación de las personas desde hace siglos.

Desde entonces se han contado y escrito historias en las que hacen aparición calamares como animales marinos peligrosos e imponentes. El ejemplo más claro de esto ha quedado plasmado en la famosa novela de Julio Verne: “20,000 leguas de viaje submarino”.

Un Lobo Estepario de la divulgación: Rodolfo Juárez

Fotos: Cortesía Rodolfo Juárez

por Alejandro Alonso

Una noche de luna llena recibí el llamado del Lobo Estepario, vía teléfono móvil. Acordamos vernos en un sitio de la Colonia del Valle, Ciudad de México, para compartir proyectos, comida y vino. Todos coincidían en el horizonte de la ciencia, la tecnología, cultura ambiental y una sobredosis de mitología mesoamericana. Decidimos asociarnos y remar en las aguas turbias de la negociación de proyectos independientes.

El antecedente era nuestra participación en una producción audiovisual malhadada, desde su dirección, concepción intelectual, negociación y rodaje. A partir de aquella experiencia desastrosa, en la que a ambos nos contrataron como proveedores, trazamos la ruta.

A Rodolfo Juárez (Ciudad de México, 1979) le estoy agradecido por el aprendizaje, ímpetu combativo e irreverente en pos de la experimentación y trabajo de calidad. Siempre espera que uno dé el plus; a su lado, el secreto es arriesgar el paso adelante y siempre te recibirá con un buen mezcal, incluso de desayuno.

Le distingue un humor ácido más una personalidad atípica; más que un director hípster encargado de asuntos culturales o científicos, podría pasar como baterista o bajista de peso de una banda grunge. Actualmente radica en la ciudad de Mérida, con sus dos hijas, Hási e Iyari, y su esposa Michelle.

“Estudié Ingeniería en Sistemas Computacionales, en la UNITEC. Desde hace ya un par de décadas me dedico a la divulgación científica, a la que llegué de manera fortuita. Tenía una banda de música de heavy metal; esa música, en especial, es complicada de producir, de controlar en estudio de grabación; entonces me apliqué a la ingeniería de audio. En aquel entonces todavía no operaban los home studios, tenías que depender de un estudio de grabación para hacerte un demo que sonara decente. De ahí empecé a interesarme en las plataformas de hardware. Mis papás siempre fueron muy cinéfilos, pero en mi mente no estaba el radar de lo audiovisual. Sucedió que un amigo me invitó para montar el diseño de sonido de una serie de televisión. Me preguntaron: `¿Sabes usar este software?´; `Claro, llevo cinco años haciéndolo a diario´. Entonces para mí fue una revelación: a partir de una imagen tenía que sincronizar todos los efectos y limpiar los diálogos”.

“Todo es trabajo en equipo en el medio audiovisual. Al margen de tu especialidad y si estás al frente de una producción, tienes que buscar gente experimentada en distintas áreas. Lo ideal es que te juntes con personas sobresalientes, en cada especialidad y afines al tema por abordar. Si quieres realizar algo sobresaliente, esto último es importante”.

Rodolfo Juárez

La aventura que muchos anhelan, le llegó en bonanza al entonces joven Rodolfo Juárez. No sólo definió su proyección profesional, también marcó un destino de vida del que es congruente.

“Mi segundo trabajo fue para el cine. Los directores que me contrataron sabían lo que buscaban, pero no tenían la parte técnica. Empezamos a hacer una buena mancuerna. Nos volvimos amigos. Luego sucedió que otro camarada, quien residía en Cancún, me buscó para suplir a un sonidista que venía de Finlandia; este último se enfermó y debía trabajar para una serie de televisión del History Channel. La productora era extranjera y querían un talento local dispuesto para involucrarse en cinco días de rodaje. Después llegaría el titular y a volar. Acepté y así conocí al crew del History Channel, en Cancún. Me ofrecieron poco dinero; ya en plena acción, el director me dijo: `te debí ofrecer el doble´. Le contesté que lo hubiese hecho por la mitad con tal de viajar a esos sitios. Al final, hice toda la serie. Durante seis meses, registramos la ruta maya a lo largo de catorce mil kilómetros: Guatemala, Honduras, México y Salvador. Me hice amigo de ese equipo, porque son viajes que te hermanan. A partir de ahí, el productor me jaló para otros proyectos. Esos años fortalecieron mi currículum —History Channel, Nath Geo y Discovery—. No tenía hijos, podía viajar y aprender”.

Entonces el Lobo Estepario aprendió a cazar en manada.

“Todo es trabajo en equipo en el medio audiovisual. Al margen de tu especialidad y si estás al frente de una producción, tienes que buscar gente experimentada en distintas áreas. Lo ideal es que te juntes con personas sobresalientes, en cada especialidad y afines al tema por abordar. Si quieres realizar algo sobresaliente, esto último es importante”.

Durante la década de los noventa, estas firmas extranjeras conservaban un perfil enfocado hacia el conocimiento y la educación; tal inclinación temática cambio, aunque bajo la misma operatividad de equipo.

“En el audiovisual hay muchas ramas, equipos de ficción, publicidad, reality show, noticias, enfoque corporativo, entre otras. En el caso del documental, se consideran núcleos de trabajo de campo reducidos, en los que tienes que diversificar tus habilidades; asumir el rol de una navaja suiza. Empecé a producir; también a hacerla de fixer, es decir, un productor local a quien confían y terminan por delegar la responsabilidad. Me confiaron proyectos al grado de que ellos preferían no viajar. Todo se resumía en un disco duro que incluía la información que ellos necesitaban para editar. Estas productoras empezaron a inclinarse hacia los reality shows de celebridades, temas alienígenas y de restauración de coches, así y más, cada vez más distantes de la ciencia, historia, innovación, historia y tecnología. Por otra parte, cuando veía el producto terminado, editado fuera de México, me preguntaba por qué lo más interesante –para mí– se había omitido del corte final”.

La lógica para un talento con ambición de crecimiento, era operar y sin chistar en la línea trazada por sus clientes. El asunto es que el espíritu heavy metalero de Rodolfo Juárez se reveló.

“Empecé por dimensionar proyectos propios en los que pudiera retribuir a la comunidad de investigadores que empezaba a conocer. Esta vez me asocié con documentalistas nacionales, que andaban en una búsqueda parecida. Con Concordia Mundo, logramos proyectos para el Conacyt, la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Ciencia, el Foro Consultivo, Canal ONCE, Canal 22, Canal 40, Canal 14, Curiosity Stream, Claro Video. Nuestra mirada era experimentar, fusionar la parte académica dura con el lenguaje audiovisual. Todo con la responsabilidad de ofrecer altos valores de producción”.

Aplicado en el diseño de mapas mentales que dimensionan de manera coercitiva cada proyecto —desde su diseño, preproducción, producción, postproducción y distribución—, insertó un manejo del conocimiento científico a partir del arte, como eje rector y distintivo.

“La interfaz entre arte, ciencia y cultura está mucho más cerca de lo que uno piensa. Hay un común denominador que es la creatividad y el ingenio. Ambas implican un proceso de trabajo constante y equivocación, ensayo y error, ensayo y acierto, hasta afinar el método o estilo y lograr el resultado o producto. La ciencia se define por su método y no por su tema; igual la cuestión audiovisual, se define por su lenguaje, no importa el tópico. Adoptas una metodología, desechas lo que no te sirve y te la apropias. Nuestro reto era conseguir recursos para lograr una producción con la calidad y manejo de información que resultara atractiva para un espectador, ajeno a las temáticas de ciencia. Empezamos a sondear convocatorias que operaban mediante incentivos fiscales, en aquel entonces el Conacyt, por ejemplo, era más accesible para nuestro sector. Perseveramos con proyectos cuyo eje era el manejo de temas científicos a partir de otra óptica o desde una metáfora, con un sello propio. Comenzamos a recibir comentarios y esto nos animó a explorar la producción para planetarios, televisión, realidad virtual, realidad aumentada, animación 2D y 3D, Video Mapping, fotogrametría y más. Esto sigue en marcha”.

Un proyecto bien planteado es un detonador para lograr su posible patrocinio. Esta línea tiene sus bemoles cuando se trata de una producción audiovisual, enrutada a ciencia o cultura ambiental.

“El financiamiento de la divulgación o difusión cultural es complicado a nivel de empresa. Cuando se establece una campaña publicitaria o incluso televisiva, se establecen recursos de inicio; en el caso de la divulgación, va a la zaga de un proceso que ofrece resultados a su gremio, mismo que no considera partida alguna para su producción. Digamos que nosotros llegamos tarde a la fiesta, sin invitación, comida y mucho menos regalo. El recurso o estímulo debemos fondearlo por aparte. Incluso convencer a los mismos investigadores involucrados. Esto se complica si uno es productor independiente. Te lanzas del avión y debes confeccionar tu paracaídas, en pleno descenso. Hoy día es difícil concretar un proyecto de este tipo y mantener a tu familia. Es más fácil vender publicidad de agua azucarada. Triste pero cierto”.

Cuando el ciclo se cumple y el financiamiento permite la ejecución de la idea, viene una serie de circunstancias que llegan a escapar del mapa mental de quien dirige. 

“Los proyectos más difíciles a los que me he enfrentado son Ponzoña y Monte Tláloc; de este último la altura fue condición a superar; el sitio se encuentra a 4200 metros de altura, con un nivel de oxígeno mucho menor a cuando uno se encuentra a nivel del mar. Esto repercute tanto en tu rendimiento como concentración, incluso en la química del sistema sanguíneo. También merma el rendimiento de tu equipo. Para estos proyectos se tenía que contar con un talento que estuviera mental y físicamente a tono, dispuesto para acampar y cargar sus propios suministros. En el caso de Ponzoña viajamos con los alacranes hasta las Dunas de Yeso, en Coahuila, y no todos querían meter la mano”.

En particular, el rodaje de Ponzoña planteaba situaciones de riesgo, como grabar fuera del laboratorio con especies de picadura mortal.

“Con la ayuda de biólogos calificados, conseguimos especies que pudiéramos grabar en locaciones foráneas. Teníamos muchas variables a considerar; dado que son portadoras de veneno, requerían un manejo especializado y contar con el anti veneno adecuado; también aplicamos todos los permisos de rigor para trasladarnos a un ambiente que no era el suyo. El proyecto llegó hasta la realidad virtual, con el fundamento de dimensionar el dato duro desde la metáfora poética”.

En cuanto al registro de especies, cada una demanda trato preferente.

“Me he enfrentado a retos que me impone el hábitat, por ejemplo: cuando tengo que fotografiar un pez del tamaño de un charal, en una cueva oscura, lo que me permitirá imágenes bastante comunes, además de poner en riesgo las especies del entorno, he optado por su traslado a un espacio controlado. Se logran mejores resultados y quedamos a mano si se le reintegra a su sitio de origen. En este sentido estamos ficcionando la realidad”.

Al margen del incentivo económico con el reconocimiento de un gremio, nacional e internacional, la labor documental que lleva a cabo Rodolfo Juárez tiene el premio del viaje constante.

 “He trabajado en diversos proyectos a campo abierto, cada uno con su grado de complejidad –con el Lobo Mexicano, el Cóndor de California y el Berrendo Peninsular, además de filmar arañas, jaguar, murciélago, serpiente, en fin—. Ninguno fue día de picnic. Agradezco la oportunidad de grabar a estas especies que se encuentran en peligro de extinción —algunas satanizadas—, por todo el país. Como el buen auto marginado que soy, siempre he admirado a los animales denigrados; es decir, aquellos que están sentenciados por agrestes. Trato de dedicarles una pieza, cada vez que encuentro el pretexto”.

Así como el alacrán demanda un manejo especializado, el llamado dato duro merece atención prioritaria en el terreno del registro audiovisual.

“En cuanto al manejo del dato duro, me parece que lo importante es que éste te lleve a una reflexión. No me gustan los proyectos que son simplemente expositivos, obviamente hay que darle al científico su voz, pero la labor del documentalista es apropiarse del conocimiento para crear una interconexión con la gente. Una cifra puede ser impresionante, pero si no logras transmitirla o comunicarla dentro de una narrativa, puede quedar en letra muerta”.

Una vía común para el manejo del dato duro, es colocarlo en voz de los investigadores, sin importar que el mensaje quede saturado de contenidos. Existen otras alternativas.

“De manera responsable hay que citar las fuentes y añadirlas donde les corresponde. Recomiendo la transcripción cabal de cada entrevista, y mantenerlas como resguardo en un archivo documental. En tu pieza, como suele ser, a la voz del científico ya le metiste edición; entrevistaste veinte minutos y utilizaste dos para tu producto; en este sentido, anexar la entrevista completa a tu proyecto y colgarla en la Red, es una vía responsable con quienes te confían su información; también generas contenido de valor para los espectadores”.

El reportaje es un formato preferente para el periodismo científico, pero las propias plataformas de comunicación abren vasos comunicantes que rebasan la convención.

“Siempre he tenido un problema con los puristas que esperan un mensaje en un formato predeterminado. Las fronteras están ahí para cruzarlas o borrarlas. Si realizo una pieza que no sea por encargo, trato de pensar en lo que a mí me gustaría como audiencia; si quisiera algo académico ni siquiera pensaría en un reportaje, me iría directamente a un paper. Cada vez se amplían las plataformas de comunicación y se expanden los límites: puede ser una imagen, entrevista, obra de teatro, radio, una pieza cinematográfica o un podcast. Lo importante para mí es que deje un mensaje, que incluya un subtexto que puedas identificar y refleje algo tuyo”.

De igual forma, la tecnología ha renovado el concepto y dimensión del laboratorio.

“El conocimiento no se adquiere sólo en el laboratorio; sucede en las cuevas, el mar, el desierto, los volcanes, las montañas, en cualquier lado. El laboratorio no sólo tiene que ser un lugar cerrado, ya está en los móviles. Recuerdo cuando a una genetista le pedí que me mostrara su sitio de trabajo; se río y me dijo `lo estás viendo, mi laboratorio es mi laptop´. Y así es, ese era su laboratorio. Ahora, la verdad es que los laboratorios suelen ser lugares poco atractivos visualmente; entonces el reto es buscar una óptica diferente y pensar que vas a contar su historia en imágenes y sonidos”.

De acuerdo a la visión de Rodolfo Juárez, tampoco se trata de un asunto de mera pirotecnia tecnológica.

“Ahora, independiente de un espacio abierto o laboratorio, el conocimiento tiene que ver con una búsqueda personal; normalmente esta se despierta mediante una experiencia emocionante, es decir, muchos investigadores se enamoran de su especialidad desde que son niños, a través de algo que los motivó mucho y que termina virando a una búsqueda, una perseverancia por el conocimiento. Nosotros los exploradores visuales, somos una especie de detectives y rastreamos cómo contar y por qué medio para que la gente lo entienda. Nuestras herramientas son la escritura, la fotografía, la imaginación. Detrás de un proyecto, siempre tengo la necesidad de una respuesta a un cuestionamiento que me he hecho durante tiempo, a veces es un periodo corto o proviene de algo que desde niño tenía ganas de abordar, o inquietudes de mis hijas pequeñas. Procuro mantener la mente abierta ante las posibilidades que van surgiendo”.

El gran reto es cómo mantener el interés por la historia, congruente con el tema planteado y sin perder de vista el objetivo.

“El contenido académico no deja de ser serio porque lo ilustres de la forma más atractiva posible. En mi caso estoy muy pegado a la experimentación. Si recreas el microcosmos de los genes dibujando sobre un limbo negro en realidad virtual, alguien purista te podría decir que en esa escala no hay color. Es una licencia que uno decide aplicar en términos de la analogía visual, una interpretación a partir de la información objetiva. Aún en la experimentación se va definiendo un estilo. Puedes contar la historia del universo, a partir de una gota de aceite en agua; exponer una nebulosa, con las acuarelas de tus hijas. Una toma fotográfica, por ejemplo, no se trata de hacerla más bonita, espectacular o minimalista, el punto es cómo lograr que se vea, escuche interesante y quede en la mente del espectador”.

Así como comparte los proyectos que considera íntegros con su postura como autor, no duda en aquellos que lamenta por su quiebre metodológico.

“En un proyecto reciente me alquilé como realizador, pero no tenía voz ni voto en la producción. Valoro mucho la experiencia, pero quiero construir narrativas visuales íntegras. En los proyectos siempre estás limitado por el tiempo y el dinero, como para que además te acorralen con visiones anquilosadas”.

Ante este nivel de autoexigencia, consciente de que no todo el talento dedicado a la producción audiovisual anda por ese sendero, Rodolfo Juárez se vale del diálogo.

“Tengo la consigna de buscar aquellos productores afines a esta visión: si se va a apostar, hacerlo sin la censura de un cliente miedoso. Procuro ser abierto y receptivo al trabajar en conjunto, listo para la conversación. No busco operadores, prefiero colegas que aporten, aunque no se trate del terreno de su especialidad. También aplico la improvisación, ya en pleno rodaje; si sucede y el equipo está involucrado, trato de fundamentarlo y que no quede como simple capricho. Cuando me involucro en un proyecto, no dejo de investigarlo; además, he aprendido a hacerle caso a mi intuición; por más que te apliques al estudio, siempre hay algo que viene del inconsciente y suma; muchas veces ni tu mismo lo entiendes, por ejemplo: hay tomas que haces y no les encuentras sentido, hasta que estás en la sala de edición. Es como si tu otro yo te hubiese allanado el camino; ese otro yo te limpia la maleza. Por eso hay que confiar en uno mismo. El punto es lograr la mayor cercanía con la recreación y la reconstrucción hipotética de los procesos, a los cuales te estás refiriendo. En este sentido, entiendo a la ficción y la defiendo”.

En su historial, cuenta con una lista ya larga de galardones como el Premio Nacional de Periodismo Científico, que otorga el Conacyt, en dos emisiones (logro que pocos se pueden dar el lujo de ostentar). El detalle es que ninguno está en una vitrina u ocupan espacio en las paredes de su oficina o casa.

“Me asumo como un curioso profesional. No me considero divulgador científico; también me cuesta identificarme como director, documentalista, fotógrafo o ingeniero. Tampoco espero la validación de los llamados pares de cualquier gremio. Me parece que la divulgación científica, y más el periodismo científico oficial y purista, es arrogante. La tecnología aplicada a los medios de comunicación, es exponencial en formatos inusitados. Esto no para. Entonces, ¿por qué limitarse a una sola forma para divulgar los contenidos? El tiempo decidirá la validez de mi trabajo”.

Trotador incansable con la cámara al hombro, por desierto, montaña y selva, estos son los nuevos proyectos que ocupan el ánimo de este rebelde con causa.

“Estoy realizando una novela gráfica, Señoríos, trata sobre el mito creacional mesoamericano del Quinto sol. En ese orden traigo un Bestiario ilustrado y metafórico sobre los seres del Xibalba. Otro proyecto toma de pretexto la cocina ancestral para documentar unos retratos antropológicos, de distintas partes del país. Siguen una pieza audiovisual multi pantalla para un museo regional, un cortometraje sobre pintura rupestre del norte de México y su relación con los enteógenos, así como un ensayo sobre la explotación de determinados recursos de la península Yucatán, muy en el tema de la desigualdad social y la contaminación de los acuíferos. En este último punto, quiero generar conciencia de conservación ambiental a partir de la fotografía infrarroja. Hay que exponer de muchas formas, en algo resonará.”

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En la constelación de Cygnus, Hugo Félix Mercado

Fotos: Cortesía Hugo Félix Mercado

por Alejandro Alonso

Hace más de una década tuve la oportunidad de ascender a la Sierra Negra, a un costado del Citlaltépetl, para grabar una pieza documental sobre el Gran Telescopio Milimétrico, GTM, aquel que está destinado para explorar los confines del universo. A la antena que posiciona al inmueble como un referente en América Latina, la sustenta una suerte de mausoleo destinado para la investigación astronómica. Pasé una noche de frío intenso ligando historias sobre el universo. Tanto el sitio como su ubicación me parecieron dignos para construir una ficción. Transcurrieron los años y la buena fortuna me puso en la órbita de Cygnus (México, 2018), filme pionero en México en cuanto a la simbiosis entre ciencia y ficción. El director y responsable de tal empresa es Hugo Félix Mercado México, 1975).

En suma, considero a esta obra en la frontera del tratamiento de contenidos científicos en formatos audiovisuales, específicamente cine, con todos los riesgos que conlleva. En principio porque no hay una tradición o escuela sobre este género, en México. Es una especie de bala que se mantiene como un referente de las posibilidades que pueden lograrse a partir del dato y la investigación, si es que a alguien se le ocurre despojarse de los convencionalismos del formato documental. La historia de Cygnus ocurre, precisamente, en el Gran Telescopio Milimétrico.

Aunque en décadas recientes el cine mexicano es una industria que ha logrado un respiro en el mercado comercial, de entrada, trazar un filme con elementos científicos (el caso de la astronomía) es una empresa con múltiples retos a resolver. Hugo Félix Mercado lo logró con una obra que ha sido galardonada a nivel mundial.

Cygnus es mi ópera prima. Soy egresado de la carrera de cine de la Universidad del Cine AMCI, donde tengo una especialidad en Dirección; he sido director, productor y editor, con experiencia en todas las áreas de la producción audiovisual. Fundé el Instituto de Artes Cinematográficas “La Cuarta Pared”, donde imparto cursos y talleres relacionados con el mundo del cine; a su vez trabajo en Elemento Producciones, una casa productora aplicada a video corporativo, cortos y largo metrajes, documentales, series, videoclips y publicidad”.

«Estudié Ingeniería en Computación en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, pero cuando reparé que me la pasaba más viendo películas, me dije `algo hay que cambiar aquí´. Entonces me enfoqué a lo mío”.

Hugo Félix Mercado

El detalle biográfico de Hugo Félix Mercado es que su familia bien pudo encaminarlo hacia la vocación científica, pero le ganó el aliento cinematográfico.

“Formo parte de una familia de cuatro hijos. Mis padres no tenían que ver con el mundo artístico. Ambos son químicos de profesión. Claro está que íbamos a conciertos y al cine, pero confieso que de joven no tenía el hábito por la lectura. En cambio, me atraían las películas de ciencia ficción como Encuentros cercanos del tercer tipo o ET. Durante mi adolescencia, me di cuenta que era bueno para la física y las matemáticas. Estudié Ingeniería en Computación en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, pero cuando reparé que me la pasaba más viendo películas, me dije `algo hay que cambiar aquí´. Entonces me enfoqué a lo mío”.

Como ópera prima, Hugo Félix Mercado se plantea un hueso duro de roer que tardará por gestarse ante circunstancias verdaderamente impredecibles.

Cygnus crece y se desarrolla a través de diferentes momentos. No hay un instante en particular en el que decidimos: Vamos a hacer Cygnus. Hacia el 2005, compartía con Carlos Alvahuante, escritor y guionista, el deseo por lograr un cine diferente al que normalmente se hace en México, tanto en temática como en forma. Queríamos una historia que involucrara un telescopio óptico. Hasta ese entonces, tenía una idea de su funcionamiento gracias a mi participación como aficionado en un club de astronomía. Así, con el apoyo de algunos científicos de la UNAM, de Universum, llegamos a una primera historia, Criósfera. Sergio de Régules, Vladimir Ávila y Octavio Valenzuela nos invitaron a conocer un nuevo proyecto que en ese momento se estaba gestando: el Gran Telescopio Milimétrico, GTM. Entre el 2007 y 2008, me acerqué al Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, INAOE, para exponerles el proyecto. Me advirtieron que lo más probable era que mi película saliera antes, pues iba para largo la puesta en marcha del Gran Telescopio Milimétrico”.

Criósfera planteaba una serie de condiciones poco asequibles para las posibilidades reales de rodaje.

“El asunto es que nosotros teníamos una historia compleja, con muchos efectos especiales, bastantes extras; una producción grande en verdad. En consecuencia, se volvió difícil conseguir financiamiento. El tiempo transcurrió y el GTM fue inaugurado por dos presidentes, en momentos distintos. No se concretaba su instalación; tampoco nuestra película. Así de ese nivel. Fue el momento en que el productor, Hugo Espinosa, me planteó: `¿por qué no hacemos algunas adaptaciones para que nos acerquemos más a las características de la industria mexicana? Tratemos de bajarle a los extras, a los efectos´. En fin, platiqué con Carlos Alvahuante para ajustar la historia. No queríamos renunciar a hacer una película de ciencia ficción mexicana ni al Gran Telescopio Milimétrico, pues íbamos a ser los primeros en lograrlo”.

El proceso significó un cambio de timón a Criósfera.

“Decidimos cambiarle el nombre a esta nueva historia, más viable en términos de producción, pero que respetaba la idea de trabajar con un telescopio —el GTM—. Acudimos de nuevo con los expertos del INAOE; por fortuna, procedió una suerte de entendimiento paralelo: para nosotros implicaba entender el conocimiento científico que estábamos involucrando en el guión; mientras que para ellos era desarrollar su sensibilidad y comprensión de que nuestro trabajo era una narrativa cinematográfica, y no un documental de divulgación; por ejemplo: ubicábamos algunos eventos en un tiempo breve; ellos nos apelaban que eso se daba en un periodo de años; tuvimos que utilizar licencias creativas para darle credibilidad. Lo valoro como un proceso muy interesante, divertido y de mutuo respeto”.

El camino quedó trazado para Cygnus.

“Buscábamos un nombre interesante dentro de los parámetros de la ciencia ficción. Un buen día Carlos Alvahuante me advierte: `Creo que aquí tenemos un objeto que nos interesa; hay un sistema, Cygnus X1, es un sistema binario con una estrella enana y el otro un objeto desconocido; algunos dicen que es un hoyo negro, otros afirman que es una estrella de neutrinos, pero no hay seguridad. Debemos apuntar hacia allá´. Nos situamos en Cygnus X1 y así dimos con Cygnus X3, que está al lado, del que se tiene menos información que el primero, prácticamente nada. En cuanto al nombre de la película, Carlos optó por Cygnus X3, pero nos sonaba como a nave espacial. Por eso decidimos suprimirle el X3. Cygnus hace referencia a la Constelación del Cisne, la Constelación de la Cruz del Norte, y ahí es donde se encuentra nuestro objeto de misterio”.

Antes de lanzarse al rodaje y de desplazar la producción hacia Sierra Negra, el guión de Cygnus tuvo un apretón de tuercas por parte de los expertos del INAOE.

“Me acerqué al INAOE con la intención de conocer la Cámara Schmidt, como plan de rodaje. Fueron muy accesibles, pero me confirmaron que el GTM era la locación ideal. Reconozco que fui muy insistente. Como los años transcurrieron, expuse el proyecto a varios directores. Siempre me dieron la bienvenida y se mostraron interesados por el proyecto. Se entusiasmaban ante la idea de realizar una película sobre astrónomos. Acudía cada tres o cuatro meses para que me asesoraran el guión, y siempre obtuve una retroalimentación valiosa. Cuando les di la noticia de que ya tenía el recurso para filmar, nos sentamos y atendimos a todas sus sugerencias respecto a la viabilidad y credibilidad de la historia. Logré compenetrarme con la gente del INAOE; hasta recibí invitaciones para presentar varios cortometrajes, en las Jornadas de Astronomía para Jóvenes o el Taller Guillermo Haro, eventos que organiza el instituto”.

Sin afán de revelar toda la trama del filme, Hugo Félix Mercado nos comparte la siguiente semblanza.

Cygnus trata sobre un astrónomo mexicano llamado Fabián, un joven romántico que desea utilizar el telescopio para la investigación de una estrella en particular: Cygnus X3. Es una estrella de un sistema binario, compuesto por dos estrellas, una enana blanca más otro objeto del cual no se tiene información. No se sabe qué es. Fabián desea desentrañarlo. Mediante el Gran Telescopio Milimétrico, el más grande de su tipo en el mundo, hasta la fecha, diseñado para escudriñar el origen del universo porque puede dirigirse a más de 13 mil 800 millones de años luz, Fabián se enfoca hacia Cygnus X3, pero registra una señal de regreso que no puede codificar. Al momento se desmaya. Después comparte el incidente con sus compañeros; cuando estos checan el registro, resulta que no hay nada, incluso su material está borrado. Fabián empieza a sospechar de sus propios compañeros, además de que lucha contra el mal de montaña, es decir, ante la falta de oxígeno y la afección cerebral consecuente que se traduce en un desorden de los pensamientos. Aunque sus compañeros tratan de bajarlo para que se restablezca, Fabián se opone en su afán por entender la naturaleza de aquella señal”.

Hugo Félix Mercado siempre mantuvo la responsabilidad para sustentar los elementos científicos dentro de su saga, por lo que buscó asesoría para trasladar el dato duro a la ficción.

Cygnus es una película de ficción, con elementos científicos en su dimensión apropiada. Una de mis preocupaciones era no exponer cosas que fueran falsas. No me interesaba generar una historia de aventuras que mostrara personajes caminando por el espacio. Quería justificar lo mejor posible cada detalle. Alguien argumentó: hay películas de ciencia ficción que son duras, que realmente se amoldan al conocimiento científico, es decir, utilizan el método científico como base para poder contar sus historias. En mi caso, intenté acercarme a esa perspectiva, pero también atendí a las licencias propias de la ficción y en términos dramáticos. Con el apoyo de los expertos, se establecieron normas para contar nuestra historia. Como director me coloco en el área de la ficción, pero siempre respetando a la ciencia”.

El rodaje de Cygnus abarcó seis semanas; se dedicaron diez días para las escenas en el Gran Telescopio Milimétrico. El crew o equipo de filmación rondó entre las 70 y 25 personas, en orden decreciente. 

“Sierra Negra es un volcán con 4600 metros de altura. Filmar a 15° bajo cero es muy complicado, tal y como estuvimos un día. Tiene su parte divertida como aventura, pero también puede ser tortuosa. En mi caso, subí muchas veces a la montaña; me aclimaté a la altura. Ascendíamos y descendíamos a diario, llegábamos antes del amanecer procurando terminar hacia las seis de la tarde, antes de que se fuera el sol. El detalle es que no todo el personal lo aguantó. Eran jornadas largas, pesadas. A varios les dio taquicardia, consecuencia del mal de montaña. El equipo era numeroso y se redujo conforme transcurrieron los días. En conjunto, nuestro ritmo era lento y cometíamos más errores que de costumbre, a pesar de que planeábamos lo más posible. A una distancia de un metro, entre una persona y otra, a veces pasaba una nube y ya no nos veíamos; deteníamos la grabación hasta que las nubes se disiparan. En verdad impresionante”.

Cygnus es una historia que cautivó antes de que se rodara.

“Cuando empezamos a incorporar al talento, en principio se extrañaban e interesaban por la historia. Nos aseguraban que nunca habían hecho algo así y por eso querían estar en el filme. Jorge Luis Moreno estaba muy contento de trabajar en una historia de ciencia ficción. Además, los actores nos acompañaron al INAOE, antes de filmar, donde platicaron con los científicos. Queríamos lograr la mayor honestidad posible al contar la historia. Por supuesto que quedaron impresionados ante la instalación científica más avanzada en México, en cuanto a observación astronómica”.

Hugo Félix Mercado concluye Cygnus con historias imprevistas, detrás de cámara.

“Una secuencia en particular, cuando el protagonista confronta a sus compañeros respecto a la señal de Cygnus, estaba programada para hacerse en 79 planos diferentes; sólo pude realizar 27, por la dificultad de trabajar arriba que ya expuse. Filmé mucho menos de lo que yo deseaba, pero me aseguré de levantar el material esencial para la edición. Cuando me piden valorarla, asumo que el resultado es el que se ve ahí, en pantalla. Califico al producto como muy digno y consecuente con nuestro planteamiento inicial, de producir un filme de ciencia ficción, con una voz propia de México y América Latina”.

Trasladar del papel a la realidad un proyecto como Cygnus, implica remar a contracorriente. Hugo Félix Mercado tuvo que afrontar la falta de visión que se tiene respecto a la producción y divulgación tanto del cine como de la ciencia.

“Es un terreno muy complejo porque, por un lado, el cine mexicano batalla de manera muy fuerte para poder tener ventanas de exhibición, para poder ser distribuido de manera digna. Esto no ha mejorado con los streamings, tal y como se quisiera. Por otro lado, mucha gente no entiende para qué se hace esto. Son dos aspectos que luchan por sí solos para que las películas de este tipo puedan encontrar camino en un mercado globalizado. Tanto el cine mexicano como el cine de ciencia ficción no hollywoodense, comparten el estigma de que ninguno es rentable económicamente. Soy insistente en la postura de que ambos cines (mexicano y de ciencia ficción) se deben de exhibir para que la gente conozca y dimensione su verdadero potencial. Ambos son parte de nuestra libertad”.

Finalmente, Cygnus cumple su ciclo y logra estrenarse ante sus postores iniciales del INAOE.

“El día de la presentación, Raúl Mujica, Director de Comunicación Social del INAOE, expuso: `es el momento en que los cineastas y los científicos juntamos nuestras miserias para poder ser un poco más fuertes´”.

A nivel masivo, Cygnus se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia (México, 2017). En su órbita están los siguientes galardones: Premio del Público Festival de Mórbido (México, 2017); Primer Lugar Festival Internacional de Cine de Ciencia Ficción de Miami (EU, 2019), donde también recibió el Premio a la Mejor Edición para Miguel Lavandeira; Premio para Mejor Película y Premio para Mejor Guión para Carlos Alvahuante en el Festival Internacional de Ciencia Ficción de Berlín (Alemania, 2018); Premio Cthulhu para Mejor Fotografía para Alberto Lee en el Festival Internacional de Cine Other World Austin de Ciencia Ficción (Estados Unidos, 2018).

Explora la orbita de Cygnus de Hugo Félix Mercado

https://elemento.com.mx/cygnus/

La UNAM inicia un estudio en Cayo Arenas Campeche Golfo de México para conocer el estado de los arrecifes, ya que están en riesgo de desaparecer

por Elí Santos

Ante la amenaza que representa el cambio climático para los arrecifes de coral en todo el mundo, en julio de 2023 un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de México (UNAM) emprendió una expedición a Cayo Arenas en Campeche México, con el objetivo de estudiar a estos delicados ecosistemas implementando nuevas tecnologías que les permitirán identificar con mayor precisión los factores que están contribuyendo a su desaparición.

Esta exploración fue documentada por nuestro colaborador Oliver Velázquez Quijano, quien participó como director y productor de este interesante documental, aquí te lo presentamos.

EL DATO

Actualmente científicos expertos en arrecifes de coral de todo el mundo coinciden en que el medio marino en general y los arrecifes de coral en particular se están viendo afectados negativamente por el cambio climático, pues la velocidad del cambio de las condiciones climáticas es potencialmente superior a la capacidad que tienen los arrecifes de coral para adaptarse y recuperarse.

Día mundial de las ballenas

Ballena jorobada en Bahía de Banderas entre los estados de Jalisco y Nayarit, México.
Fotos por Emiliano Arroyo

por Elí Santos

Cada tercer domingo de febrero se celebra el Día Mundial de las Ballenas, cuya finalidad es concienciar a la población acerca del valor ecológico de estas especies para el planeta. Este día se creó en el año 1980 en Maui (Hawai), gracias a la iniciativa de Greg Kauffman, fundador de Pacific Whale Foundation, con la finalidad de generar conciencia acerca de la amenaza de extinción que afrontan las ballenas jorobadas.

Son considerados los mamíferos más grandes del planeta.

La densa capa de grasa que rodea su cuerpo les permite habitar en regiones frías y templadas.

Las ballenas utilizan un orificio en la parte superior de la cabeza para respirar, denominado espiráculo.

En lo concerniente a su anatomía, el cráneo ocupa un tercio de la longitud de su cuerpo, posee una aleta dorsal y dos aletas pectorales que le proporcionan movimiento y equilibrio, así como una cola en posición horizontal.

México es un país privilegiado. En sus mares es posible observar ocho de las 14 especies de ballenas que se han descrito en el planeta: la ballena azul, la ballena de aleta, la ballena de Bryde, la ballena Sei, la ballena minke, la ballena jorobada, la ballena gris y la ballena franca del Pacífico norte. 

La observación de ballenas es una actividad de gran importancia económica para los estados con avistamiento de ballenas. México fue uno de los primeros en regular la observación turística de ballenas, y junto con otros cetáceos, están incluidas en la NOM-131-SEMARNAT-2010, que establece los lineamientos y especificaciones para su observación responsable.

Fechas y lugares para ver ballenas en México

La actividad de observación de ballenas se podrá llevar a cabo en zonas restringidas de ocho Estados, del 15 de diciembre de 2023 hasta mediados de mayo de 2024, dependiendo de cada sitio. En esta temporada, las rutas de migración de las ballenas permiten su observación en los Estados de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Jalisco, Sinaloa, Sonora, Oaxaca y Guerrero, según un aviso del Diario Oficial de la Federación (DOF).

  • Baja California. En la bahía de Todos Santos, Bahía de Salsipuedes y en la parte sur de Punta Banda, del 15 de diciembre al 15 de mayo.
  • Baja California Sur. En la reserva de la biosfera el Vizcaíno y en el área de protección de flora y fauna de Cabo San Lucas del 15 de diciembre al 30 de abril. Además, en los puertos Cancún, Adolfo López Mateos, San Carlos, Magdalena, Chale y el Parque Nacional Bahía de Loreto, del 1 de enero al 30 de abril de 2024.
  • Nayarit. En bahía de Banderas, Compostela y San Blas-Isla Isabel, del 8 de diciembre al 23 de marzo.
  • Jalisco. En Bahía de Banderas y Bahía de Tenacatita, del 8 de diciembre al 23 de marzo.
  • Sinaloa. En la zona de Mazatlán-Teacapan del 8 de diciembre al 31 de marzo.
  • Sonora. En la zona de Puerto Peñasco del 1 de enero al 30 de abril de 2024.
  • Oaxaca. En las zonas de Puerto Ángel-Mazunte, Puerto Escondido y el Parque Nacional Huatulco, del 15 de diciembre al 21 de marzo.
  • Guerrero. En playa La Majahua, Ixtapa-Zihuatanejo, Barra de Potosí, La Barrita, bahías de Papanoa, Puerto Vicente Guerrero y en la zona del municipio de Acapulco de Juárez, del 15 de diciembre al 20 de marzo.

Parque Hundido, conoce su historia

Vídeos y fotos: Oliver VQ

En la Ciudad de México, uno de los lugares más emblemáticos de la alcaldía Benito Juárez se trata del Parque Hundido. Esta área verde se convirtió en uno de los parques más relevantes de la capital del país, así como de los habitantes de la Colonia del Valle y de Insurgentes sur, pues se volvió un referente de aquella zona de la CDMX.

Aunque en un inicio no era conocido de tal forma, y tampoco se tenía previsto el diseño arquitectónico que tiene actualmente, el surgimiento del Parque Hundido tiene una historia que se remonta a inicios del siglo XIX cuando las condiciones topográficas del lugar dieron origen a este lugar.

En el año 1608, esa tierra era propiedad de Tomás de Nápoles, un ejidatario que se dedicaba a la agricultura y cuidaba de su rancho que abarcaba las mismas hectáreas en las que se encuentra el Parque Hundido. Con el paso de los años, el apellido del ejidatario fue referente para el nombre de la colonia cercana al parque.

Sin embargo, para principios del siglo XIX sus tierras dejaron de ser ocupadas y las empresas ladrilleras se las adueñaron.

Con el crecimiento de la población en las zonas como en Mixcoac y San Ángel, el uso de este suelo cambió y las empresas privadas se apropiaron de las tierras para la extracción de arcilla y fabricar ladrillos.

Fue la Compañía Ladrillera Nochebuena quien empezó a utilizar este terreno para la fabricación de ladrillos, así que para obtener la materia prima tenía que realizar profundas excavaciones en la tierra. Con el transcurso de los años, el terreno se fue hundiendo, por lo que quedó desnivelado del resto de la zona.

Alrededor de 1917, cuando terminó la Revolución Mexicana, los habitantes de la zona pidieron que se arreglara el hundimiento y sembraron árboles, los cuales fueron creciendo y le dieron un aspecto de bosque.

Así nació el Bosque de la Nochebuena, nombre de la colonia. Para 1930 el parque fue pavimentado y ampliado por la construcción de la avenida de los Insurgentes, así que recibió mayor inversión. Se le nombró como Parque Luis G. Urbina, pero más tarde sería nombrado como Parque Hundido.

Para 1972 se colocaron algunas piezas arquitectónicas de imitaciones de piezas arqueológicas. Fueron distribuidas por diferentes zonas del parque. Además se idearon seis rutas para que los visitantes del parque pudieran explorar en su totalidad la obra arquitectónica que dejó —sin querer— una fábrica de ladrillos.

El parque cuenta, entre otras cosas, con un reloj floral, que es el más grande de México, un museo al aire libre y una área de juegos infantiles. Tiene una extensión aproximada de 100 mil metros cuadrados.

El Parque Hundido está ubicado sobre la Avenida de los Insurgentes en la alcaldía Benito Juárez y honra al poeta mexicano Luis Gonzaga Urbina.

REGRESA JAVIER “CHICHARITO” HERNÁNDEZ A LAS CHIVAS

Fotos: Chivas TV

por Corresponsales

Guadalajara, Jalisco.- En una emotiva ceremonia, el “Chicharito” fue presentado este sábado como nuevo jugador de Chivas para el torneo de México Clausura 2024, el retorno de este gran jugador representa un momento memorable para el club y «el ciclo perfecto», según el presidente del Rebaño, Amaury Vergara, ya que la experiencia adquirida durante su exitosa trayectoria y el liderazgo que le caracterizan se verán reflejados en esta nueva etapa con el equipo rojiblanco.

Al momento de firmar oficialmente el contrato del delantero, el dueño del equipo, acompañado del director deportivo Fernando Hierro, dedicó unas emotivas palabras al jugador, por lo que mencionó: «Estaba pensando qué te quería decir en este momento y es muy simbólico tu regreso, porque simboliza el ciclo perfecto de un jugador cantera de Chivas».

Amaury además recordó la promesa que “Chicharito” le hizo a su padre Jorge Vergara. En su momento, el empresario declaró que esperaba que Hernández Balcázar se retirara con el Rebaño, pero ya consolidado como una leyenda del fútbol mexicano.

«Como le prometiste a mi jefe, que ibas a regresar como leyenda, lo lograste. Felicidades», añadió el hijo del empresario, a quien el delantero agradeció la confianza para sumarse este semestre al equipo comandado por Fernando Gago.

Tras la firma de contrato, “Chicharito” se conmovió hasta las lágrimas y saludó a sus compañeros de equipo, a jugadores de Tapatío en la Liga de Expansión, así como a leyendas del Rebaño Sagrado.

El perfil de Javier Hernández:

– Es centro delantero.

– Tiene 35 años de edad y nació en Guadalajara, Jalisco.

– Es el máximo anotador en la historia de la Selección Mexicana con 52 goles.

– Es formado en la Cantera Rojiblanca.

– Marcó 127 goles en Europa.

¿Cuál es su trayectoria?

– Javier debutó en Chivas en el 2006 y desde entonces se supo que tenía algo especial, pues en su presentación como profesional le marcó un golazo al Necaxa.

– Se fue vendido al Manchester United, donde jugó varios años y fue Campeón de Premier League. También jugó una final de Champions.

– Tras su paso por Inglaterra, Hernández llegó al Real Madrid, con el que fue Campeón del Mundial de Clubes.

– Tras su etapa como merengue, se marchó a la Bundesliga para enfilarse con el Bayern Leverkusen, donde marcó varios goles y también se convirtió en figura.

– Su última etapa en Europa la vivió con el West Ham y el Sevilla. Incluso fue parte del plantel sevillano que ganó la Europa League del 2020.

– Su último equipo fue el Galaxy de Los Ángeles de la MLS.

Los números de Javier Hernández

– 617 partidos jugados

– 258 goles (11 en Liga de Ascenso)

– 29 goles con Chivas (3 de ellos en Copa Libertadores)

– Campeón de Liga MX en 2006

– 2 títulos de Premier League (2010-2011 y 2012-2013)

– 3 Community Shield (2010, 2011 y 2013)

– Mundial de Clubes de 2014

– Copa Oro de 2011

Con Información de Chivas TV

México Biocultural, 2° temporada

Vídeo: Once TV

Este lunes 15 de enero se estrena la segunda temporada de la serie «México biocultural» por XEIPN TV Canal Once, donde Oliver Velazquez Quijano nuestro colaborador participó realizando la fotografía submarina.

No te pierdas este interesante capítulo sobre el parque nacional Islas Marietas e Isla Isabel.

Hora: 8:30 p.m.
Canal: Once TV

Dianela Torres a través del universo

Fotos: Dianela Torres

por Alejandro Alonso

Aprecié la pieza Juno (México, 2017) como jurado de una muestra de materiales audiovisuales de la que fui miembro fundador. De inmediato llamó mi atención la factura de este corto sonoro (04:30 min.), cuya narración establecía un puente experimental entre imágenes disruptivas y sonidos fuera de toda convención. Su creadora y artista, Dianela Torres (Ciudad de México, 1991), había tomado la osadía de eliminar voces explicativas y/o narrativas. En su momento, Juno propició mi reflexión sobre lo que se espera o demanda en cuanto a una producción audiovisual sobre temáticas enfocadas a ciencia y tecnología; por supuesto que Juno se inscribía al margen de lo conservador y de las voces de los expertos que dictan el camino a seguir en este terreno; mucho menos se limitaba a ese criterio, vigente, de que la divulgación audiovisual debe construirse bajo los estándares del reportaje y/o documental, únicamente.

Otro detalle que quisiera añadir, Dianela Torres, la causante de tal pillería, era la más joven de los directores/as y productores/as de aquel acervo. También fue la más osada y experimental. El asunto es que debía dar mi dictamen y no dudé en estampar mi voto a favor como la pieza más innovadora del conjunto. Mi sorpresa, que realmente lejos de sorpresa constataba esa postura consecuente con lo convencional como se mide a la producción audiovisual, es que Juno no se había considerado ni siquiera como una pieza para evaluar. Confieso mi vocación cabal por los discursos experimentales en arte, ciencia y cultura. En consecuencia, apelé porque Juno fuera incluida y con el reconocimiento que merecía. Por fortuna Juno caminó. Ahora, a años a la distancia, veo con enorme satisfacción que Dianela Torres ha crecido en su discurso narrativo y su proyección cada vez es más sólida.

Esta cineasta, artista audiovisual e investigadora, egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, FCPyS, Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, nos reserva sitio en su espacio de apertura.         

“Soy productora y realizadora independiente. También me dedico a la docencia, investigación y experimentación audiovisual. Fui profesora adjunta en la UNAM y ahora doy clases en la Universidad de Tijuana, CUT. Cubrí prácticas profesionales en el Festival Internacional de Cine UNAM, 2016, y he colaborado en Diario FICUNAM. Recién trabajé en una propuesta cinematográfica muy especial para `Muestra Mínima: Palomas o un árbol en otoño´, Texcoco, 2023; también en un proyecto de investigación teórica del Seminario de Estudios Audiovisuales Transdisciplinarios de la FCPyS-UNAM. En el 2022 iniciamos el Cineclub Revolución en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas UNAM.

Desde 2013, he hecho varios cortometrajes y piezas audiovisuales, con proyección y selección en diversos festivales nacionales e internacionales de cine y video. Adicionalmente he tomado cursos, seminarios y talleres en la Filmoteca de la UNAM, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, la Cineteca Nacional, Cinefilias, el Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes, CENART, con el Laboratorio Experimental de Cine, LEC, entre otros. También fui parte de la Tercera Edición de `Salón Abierto: Tecnología Unidad Colectiva´, donde colaboré en una pieza colectiva hecha con leds, Telepressence, México, 2016. Me considero cinéfila y adicta a la cultura audiovisual, soy una espectadora constante. He hecho audiovisuales para diferentes medios, instituciones y empresas; por mi cuenta, me he encargado de realizar piezas audiovisuales con fines expresivos”.

Con Maestría en Cine Documental, en la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas UNAM, a Dianela Torres el interés por la ciencia también le viene por la cultura cinematográfica.

“Siempre me ha interesado ver al cine y al audiovisual como un espacio de reflexión, donde se va construyendo el conocimiento. Considero que, a partir de conceptos de distintas disciplinas, se pueden entender muchas maneras para ver al mundo, desde la ciencia hasta la filosofía, y pienso en discursos científicos que vale la pena considerar desde la mirada audiovisual, en relación con el arte”.

Fuera de la fórmula para generar una narrativa audiovisual con temas científicos, Dianela Torres está consciente de los escenarios —convencional y no convencional—, así como las implicaciones que conlleva su transgresión.

“Creo que el reto principal es que se tome en serio al trabajo no-narrativo o no-convencional, ya que estamos acostumbrados a determinada manera de divulgar o difundir la ciencia. Así como hay distintas maneras de ver al cine, también hay formas diversas de acercamiento. El vínculo entre arte y ciencia existe desde siempre. En el cine se suele decir que éste nace como instrumento científico, pero también puede entenderse como un lienzo en blanco usado por los `pintores de la imagen en movimiento´. Como Godard, quien advierte que los primeros realizadores imitaban a los impresionistas y no a los fotógrafos. Normalmente se acostumbra pensar que los audiovisuales sobre ciencia son aburridos, pero creo que en internet existe una gran cantidad de productos que muestran lo contrario y vinculan bien arte y ciencia”.

“Siempre me ha interesado ver al cine y al audiovisual como un espacio de reflexión, donde se va construyendo el conocimiento. Considero que, a partir de conceptos de distintas disciplinas, se pueden entender muchas maneras para ver al mundo, desde la ciencia hasta la filosofía, y pienso en discursos científicos que vale la pena considerar desde la mirada audiovisual, en relación con el arte”.

Dianela Torres

Desde su perspectiva, la ruptura y cohesión tiene que ver con una naturaleza propia, tanto de la expresión cinematográfica como del impulso natural de las ciencias, es decir, un cuerpo siempre cambiante.

“Me parece que es parecido a lo que pasa con el documental, ya que se trata de un género que se transforma y mezcla con la ficción, donde existe también el cine de no-ficción, el cine-ensayo, el cine experimental y musical donde todo se mezcla, hasta la ciencia-ficción. Los discursos científicos ya han sido interpretados en el arte de distintas maneras; los mismos discursos van cambiando durante determinado momento. Es decir, el conocimiento humano se va transformado, la ciencia evoluciona y cambia, en conjunto, con la sociedad y las expresiones artísticas”.

Narradoras audiovisuales como Milagros Várguez o Dulce García, reconocen la motivación hacia las ciencias que les causó su experiencia con espacios lúdicos, durante su niñez. Esto mismo le sucedió a Dianela Torres en plena etapa formativa.

“Recuerdo que, en un trabajo escolar, hace ya varios años, fuimos a grabar a Universum de la UNAM, me llamó mucho la atención cómo se presentaban y construían algunos audiovisuales para el museo. También recuerdo que, en 2016, tomé una clase sobre cine de vanguardia de los años 20. Ahí supe más sobre el cine científico y cómo se vincula con el cine experimental. Entonces decidí buscar material e investigar más al respecto; me nutrí con fuentes diversas. Comencé a trazar, por mi cuenta, una serie de simulaciones de cómo me imaginaba lo que eran las vistas de cine científico, cuestionando un poco también la construcción de su discurso, en general. Así trabajé con postproducción de imágenes grabadas con cámara digital, pero manipuladas y editadas con fines formales específicos. Mezclaba imágenes científicas `de lo real´ —por ejemplo de la NASA— con ejercicios formales e imaginativos a partir de mi óptica. Así logré acercarme a un montaje interesante, en colaboración con el músico Edgar Mondragón, titulado Sincronía, México, 2016”.

Hábil investigadora de los formatos electrónicos, dado que es nativa de la era digital, cohesionó tanto imágenes como archivos enrutados hacia su propio discurso.

“Empiezo a buscar y buscar en los archivos, aquel material que pueda funcionar para un fin específico. Muchas veces son imágenes fijas, la mayoría, entonces trato de manipularlas en edición para darles el movimiento, tono y sentido que necesito. También indago el stock libre en la red y que funcione temáticamente. Tanto en el registro como filmación, siempre prevalece un diálogo con mis propias cámaras”.

Juno, proviene del nombre helénico Hera, atribuido a la diosa virgen de la guerra justa y la sabiduría. Se trata de un asteroide de gran magnitud, dentro del sistema planetario solar.  

“Me interesan los vínculos intertextuales en general. La ciencia como tal retoma mitos, y viceversa. En el caso de Juno, la inspiración partió de una pieza musical de Édgar Mondragón y, sobre ello, le di mi propia interpretación y visión. En este caso y en lo personal, tenía que ver con sentimientos sobre amor, alegría y pasión. Édgar Mondragón también es productor y amigo de la UNAM. Su trabajo consistía en una obra sonora con material de archivo y sonidos procedentes del universo. Me la compartió y así se volvió un audiovisual musical con el nombre de Juno”.

La estructura implícita en esta pieza contiene una serie de replanteamientos en cuanto al tratamiento lineal que se establece, por convención, en una producción audiovisual, por ejemplo: un elemento que siempre se considera indispensable es el guión. Éste también salió de la órbita trazada por Juno.

“Normalmente parto de ideas, imágenes y momentos. Voy en la marcha audiovisual, por decirlo de una manera, a veces con escaleta o en pleno montaje. El guion como tal es una herramienta que no siempre funciona con mi método de trabajo. Aclaro, sí llego a requerir guiones y hacer uso de ellos, pero no para estas piezas en específico”.

En la monumental e icónica obra, El hombre de la cámara (Rusia, 1929), de Tziga Vertov, se lleva a un grado de excelsitud una narrativa sin voces; siempre he pensado que Vertov trasladó Las novelas de San Petersburgo, de Nicolai Gogol, a esta obra magnánima. Es un ejemplo digno de cátedra de cómo se puede exponer un momento histórico y el avance tecnológico de toda una época, sin discurso verbal. Es el emblema de un cine silente o mudo que logrará estamparse en la memoria cultural del siglo XX. Dianela Torres explotó este potencial que para muchos es cuestión añeja, y poco redituable para la divulgación audiovisual de manera convencional.

“El cine que me interesa es el que se sirve del lenguaje audiovisual, como tal y no por el protagonismo de una voz. En este sentido, me interesa mucho el uso musical y ambiental más que narrar o explicar todo a partir de una Voz en Off (locución). De esa manera, prefiero colaborar con artistas enfocados a la electrónica, como con Enmossed —sello musical de Estados Unidos—. Además, las imágenes que trabajo funcionan mejor en este planteamiento. Me interesa más la forma cinematográfica, la experimentación y la exploración formal, aunque no estoy negada al uso de voces de diálogo o locución. Esto depende del proyecto a seguir”.

La postura planteada no es un mero capricho, obedece a un deseo ex profeso en pos de la apertura de formatos.

“Permite mayor libertad creativa. Me interesa mucho el cine musical y el vínculo que tiene con el cine experimental. El montaje rítmico y musical me motiva, incluso en un sentido similar al de la teoría del montaje de Einsestein, cuyo trabajo me atrajo desde los primeros semestres de la universidad; hasta traté su teoría en mi tesis de Licenciatura, La estrella negra de la audiovisión, UNAM, 2019. Muchos de mis trabajos los veo como ejercicios formales en transformación. Nada es perfecto. En 2019 terminé una película de cuarenta minutos, Mudar de sueños, México, misma que se presentó en la Cineteca Matadero Madrid, España. Acabo de estrenar el corto Monte Tláloc, México, 2023, en diversas sedes: en la Cineteca Nacional como parte de Ambulante y Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo, así como en el `Coloquio Internacional de Cine y Filosofía: Entre el Trance y la Deriva´, en La Cueva y el Centro de Cultura Digital. Estos últimos trabajos siguen la misma línea de lo que he trabajado, aunque considero que contienen más solidez formal y están mejor conceptualizados. Van del cine de no-ficción al musical. Así es como lo valoro”.

Volviendo a Juno, estas son algunas de sus líneas de ensamblaje.

“Empezó con mucho material que tenía guardado y quería usar para explorar formas y sensaciones imaginadas de un asteroide; se trazó en conjunto con archivos de la NASA. No todo es apropiación ya que gran parte del material se grabó con una Canon DSLR; otros fragmentos son de celulares “chafas” y de una cámara Go-pro, pero el trabajo principal está en el montaje y la post-producción; la forma y el sentido se dio a partir de los experimentos, por ejemplo: hay imágenes de piel sobrepuesta a la luna. Entonces, se hace una síntesis de diversas fuentes de acuerdo a mi interés. Es el caso de un corto de no ficción con material que registré durante catorce años, con siete cámaras distintas. Se llama 03:16, México, 2016, y está inspirado en el cine-ojo de Vertov —en el sentido de que intenté dejar que el material mismo guiara la verdad y ritmo de la película—. Normalmente busco en mis referentes lo que quiero hacer. Nada lo saco de la nada; tengo muchas influencias siempre presentes. Todo ya está hecho, pero hay maneras de representarlo de manera diferente, resignificar y crear cosas distintas”.

En lo personal, considero que Juno posee una narrativa fuera de canon, disruptiva, que se vale de discursos experimentales del Siglo XX para aplicarlos de una manera renovada. Lo interesante y dado que busqué a Dianela Torres con el pretexto de narrativa audiovisual, es que ella difiere de este último concepto en cuanto a su propio trabajo.

“Busco el plano no-narrativo del audiovisual. Planteo sensaciones, exploraciones formales y la expresión de atmósferas imaginarias. Si existe narrativa, como tal, me parece que es válida la interpretación que se le quiera dar. En cuanto al estilo, éste es una síntesis de mis ejercicios pasados, experiencias y la práctica desde que empecé a realizar audiovisuales. Mucho es lúdico e intuitivo, tanto con la cámara como la edición para generar algo que está ya en mi cabeza, de alguna manera. Sueños, ideas y conceptos, por ejemplo: pienso en Stan Brakhage, pero también en Space Odyssey de Kubrick o simular un viaje a otro tiempo-espacio; también hay inspiración del cine de Apichatpong Weerasethakul”.

Dianiela Torres asume al conocimiento como intrínseco de la creatividad.

“La intuición y la imaginación son elementales para todo proceso de conocimiento y de investigación. Por eso me gusta pensar que también estoy investigando al crear, porque tengo que leer y ver lo que ya existe para poder generar conjeturas o ideas que inspiren lo que hago. Cuando aprecio en pantalla algo que me mueve fuertemente, me queda el deseo de lograrlo con mi trabajo”.

Además del banco generoso de información que la NASA abre libremente, el olfato de Dianela Torres rastrea tanto al cine de antaño como la música electrónica.

“Estoy con Philip Maier y Michel Chion, pero sobre todo con Mary Ellen Bute, Godard, Buñuel, Varda, Einsestein, Vertov, Hito Steyerl, Shirley Clarke, Maya Deren, Teo Hernández, Jodie Mack, James Benning, cineastas experimentales mexicanos actuales que hay muchos como Azucena Losana, Elena Pardo, Marcela Cuevas, Bruno Varela, Pablo Escoto, Colectivo Los Ingrávidos y muchos más. Soy fan de Pearl Jam, Bowie, The Who, música ambiental y electrónica. Hay muchos nombres en mi mente”.

La experimentación de la mano de la creatividad y el conocimiento, es un camino sin punto finito.

“No dejo de explorar y experimentar con los lenguajes audiovisuales. Me inspiro en una tradición de cine experimental, nacional y extranjera, que me parece un mundo sólido (aunque parezca lo contrario) que va de la teoría a la realización. El cine siempre ha sido experimental. En cuanto a mis hábitos, veo mucho cine de todo tipo. Me gusta el cine narrativo, pero sobre todo el no-narrativo. También aprecio cine mexicano, tanto viejo como contemporáneo, no sólo experimental. En específico, trato de trabajar con conceptos que puedan inspirarse desde cosas personales, sensaciones, emociones y momentos específicos de mi vida, hasta libros, exposiciones, películas y clases. Escuchar música es clave en mi ejercicio”.

Actualmente, el trabajo de Dianela Torres tiene reconocimiento y proyección, en América, África, Asia y Europa, gracias a varios festivales y muestras —Ann Arbor Film Festival, MATADAC, L’Alternativa, LOOP Barcelona, Doc Buenos Aires, Shorts México, Festival ECRÃ Brasil, DOBRA Festival Internacional de Cinema Experimental— así como en universidades, museos y exposiciones de arte contemporáneo —University of Colorado Boulder, Counterpath Denver, Bauhaus-Universität Weimar, Late at Tate Britain, Arebyte Gallery London, Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, Espacio Pla—. Entre 2020 y 2022, recibió varias menciones en la revista Sight & Sound del British Film Institute en su publicación “The best video essays”.

Su proyecto actual es un largometraje de no ficción en proceso, que reflexiona sobre el paisaje interior y exterior en México, particularmente en la CDMX y Texcoco, Estado de México.

Esta amante de los gatos que anda en bicicleta y acumula libros, nos regala su consigna de vida:

“Promuevo que la gente también se anime a explorar y ver otro tipo de proyectos audiovisuales, no necesariamente perfectos o narrativos. Es una satisfacción compartir el trabajo de los cineastas que me interesan, así como mi obra y tener la oportunidad de verla proyectada en una sala de cine”.

Sigue la órbita experimental de Dianela Torres:

Juno: https://vimeo.com/202558509

Encima de tu ausencia: https://vimeo.com/543911785

Out: https://vimeo.com/827160491

Night Fragments: https://www.youtube.com/watch?v=qLzv9fSuMfA

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